• 07/06/2023 00:00

¿Será buen candidato Martín Torrijos?

“La época de las imposiciones, de lo vertical, porque viene de arriba y los diálogos de mentira, está por terminar. Hay que gobernar para el pueblo, porque estamos obligados a servirle, no para servirnos del poder ni para enriquecernos”

En un país que pareciera que día a día la gente va perdiendo las esperanzas, que no ve remedio a las constantes crisis y escándalos políticos que afronta, obligatoriamente se pregunta ¿qué podemos hacer? ¿Habrá alguna fórmula capaz de encontrar soluciones?

Hay quienes argumentan, con mentes impolutas, que como no ha aparecido el candidato perfecto, simplemente se quedarán en casa. Consideran la abstención un arma política, estrategia que no ha funcionado en ningún lado. Eso sí, no perderán oportunidad para criticar acremente a los candidatos que se presenten, descalificando cualquiera de sus propuestas. Se quedarán a la vera del camino, esperando a ese soñado aspirante que nunca llegará. Bien decía el expresidente Belisario Porras, no somos como los suizos, porque simplemente los panameños no nacimos en Suiza.

Faltando 11 meses para el proceso electoral, las opciones son cada vez más escuálidas. No representan ideología alguna y menos estructuras de partidos, donde la gente se concentra en torno a personas y a cualquier cosa material, pero carentes de principios y programas. Eso no es importante, ya que, con el “¿Qué xopá?” o el “¿Qué hay pa' mí?”, basta y sobra.

Pareciera que para atraer a los jóvenes es mejor ahora, además de enseñarles que robar no es tan malo cuando tú haces algo, que promocionar comida chatarra o decirle a los niños de San Miguelito que “me gusta el boli” es lo “cool”, que le encanta a la juventud. Lo demás, es “bull shit”, como dicen los “manes” con tanta facilidad.

Algunos se presentan como los pulcros e inmaculados que nunca fueron picados por el virus venenoso de los partidos políticos, pero han laborado con ellos, aunque lo quieran borrar de su enclenque currículum. Otros, hoy pintados como elocuentes opositores al PRD y lo que hieda a corrupción, se olvidan de que fueron Gobierno muy recientemente y no se les recuerda precisamente porque su gestión estuviera impregnada de honestidad y seriedad. Ah, me olvidaba, sus diputados no se atreven a cuestionar al PRD, porque han sido amamantados todos estos años a través de las escandalosas planillas de la Asamblea Nacional.

La política en Panamá está cambiando. Lo vemos en la que estamos haciendo ahora, donde los mitines masivos se evitan y todo se quiere hacer en Instagram o TikTok. Donde la ayuda de la gente a los políticos, desaparecida la mística que conocí en los 60 años que llevó en el bregar político, tiene que pagarse por adelantado porque, por su reputación, nadie le da ni un “quara” fiado a candidato alguno.

Por eso apoyo a Martín Torrijos.

¿Qué es perfecto? Solo Dios. ¿Qué cometió errores cuando fue presidente? Por supuesto, sino fuera suizo –aunque allá también se descubren vainas feas en sus bancos- como respondería el expresidente Belisario Porras. A pesar de todo lo que se diga de él, su campaña está siendo diferente, por el compromiso de que administrará al país en forma honesta y transparente. Escuchando primero al pueblo -a todo ese tejido social que conforma el Panamá olvidado por los políticos corruptos- para oír sus propuestas para solucionar los problemas de sus comunidades, organizaciones sociales, gremios y aquellos que trascienden el interés nacional. Considero que esa es la fórmula que el momento requiere para construir una sociedad democrática y solidaria, trabajando para fortalecer nuestra institucionalidad.

Tenemos que partir desde una realidad incuestionable: Martín Torrijos ha criticado la corrupción dentro de su partido y su deriva en el manejo del Gobierno actual. No le ha sido fácil afrontar toda clase de críticas dentro del PRD, partido empantanado de corrupción por todas sus esquinas. Ha cuestionado los “méritos” del candidato impuesto por el Palacio de las Garzas.

Es cierto que Martín está apoyado por un partido pequeño, que, según algunos, quiere vivir de sus glorias pasadas. Realidad incuestionable, pero: quien piense que no necesita una alianza para ganar, que tire la primera piedra. La de Martín es con el Partido Popular y con todos esos que, por los rincones del país, están hartos de lo que se ve en la clase política.

El estilo de la campaña de Martín Torrijos está creando un molde importante en la nueva era política que debe vivir el país. Un Gobierno con políticas horizontales, donde todos los sectores sociales se sientan representados y escuchados. La época de las imposiciones, de lo vertical, porque viene de arriba y los diálogos de mentira, está por terminar. Hay que gobernar para el pueblo, porque estamos obligados a servirle, no para servirnos del poder ni para enriquecernos.

Analista político.
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