• 20/10/2019 00:00

La marcha de 'los 4 gatos'

En el recuento anterior sobre la Batalla de los Tratados en septiembre y octubre de 1977, entregamos estos recuerdos, cuando “el corto circuito de los universitarios” amenazaba con la confusión, la división, frente al Plebiscito del 23 de octubre de aquel año, para decidir la suerte de los Tratados.

En el recuento anterior sobre la Batalla de los Tratados en septiembre y octubre de 1977, entregamos estos recuerdos, cuando “el corto circuito de los universitarios” amenazaba con la confusión, la división, frente al Plebiscito del 23 de octubre de aquel año, para decidir la suerte de los Tratados.

Como decíamos, el 9 de septiembre de 1977, a su regreso de Washington, Omar Torrijos había declarado que el Plebiscito se celebraría el 23 de octubre en toda la República. El Padrón Electoral respondía a 800 mil electores. Los ciudadanos deberían votar con una papeleta “NO”, si se oponían a los Tratados, y un “SÍ”, para aprobar los Tratados negociados y firmados en la OEA el 7 de septiembre de 1977.

Arrinconados los opositores a los Tratados en la Universidad de Panamá y en especial en la Facultad de Derecho, el Gobierno controlaba la vida nacional, a lo que profesor César Quintero sostenía que los Tratados eran “clavo pasao”, pero Secundino Torres Gudiño, torrijista, dijo: “si yo fuera estudiante estaría con ustedes”, la mayoría de los profesores de la Facultad de Derecho demostraban sus simpatías con el “NO” a los Tratados. Todo ello entusiasmaba al estudiantado. En el resto de la Universidad el ambiente era de “culillo generalizado”.

El Movimiento de Abogados Independientes con sus opiniones y denuncias, reforzó nuestra campaña opositora con argumentos políticos y jurídicos. El movimiento contaba con una cifra de intelectuales como Carlos Iván Zúñiga, Mario Galindo, Carlos Bolívar Pedreschi, Julio Linares, Fabián Echévers, Diógenes Arosemena, José Manuel Faúndes, Rodrigo Sánchez, Luis Adames y Joaquín Ortega, entre otros. Desde el exilio hablaban otros panameños opositores: Bobby Eisemann, Ricardo Arias Calderón, Winston Robles, Betito Quirós Guardia, Alvin Weeden, Carlos Ernesto González de La Lastra, Miguel Antonio Bernal, Manuel Solís Palma, Thelma King, Federico Britton y muchos más.

Una semana antes del Plebiscito del 23 de octubre, muchos de nosotros teníamos temores de movilizar las calles. Estábamos “aculillados” frente a la aplanadora del Gobierno. En uno de los programas de la TV que dirigíamos, Herasto Reyes de la Liga Socialista Revolucionaria, hizo un llamado a una movilización para salir de la Universidad, que sorprendió a Vanguardia Popular y al Círculo Camilo Torres, sus aliados.

Nosotros dudábamos de la asistencia de los universitarios y de los ciudadanos en general a una convocatoria. También a una campaña del Gobierno con la propaganda de “LOS 4 GATOS” y sus efectos negativos en la votación del 23 de octubre.

La movilización se inició en la Facultad de Derecho, a las 4 de la tarde, el martes 18 de octubre. La Bandera panameña que estaba en la fachada de la Facultad presidió la marcha junto al CED. Unos 2000 universitarios llegaron a la cita desde todas las facultades. En el recorrido por la vía España y la avenida Central la gente se unía a la marcha. El Movimiento de Abogados Independientes se sumaba con la presencia de nuestro decano, el Dr. César Quintero. Arnulfistas destacados marcharon con Juan B. Chevalier y Chela Medina, militantes conocidos.

En el camino no faltó el “corto circuito”. En medio de la marcha el Guaycucho y el FER-29 gritaban: “¿Somos panameñistas?” y los seguidores gritaban ¡NO!” y así con otros partidos. Se me acercó Miguel Vanegas y me dijo: “Estas consignas sectarias nos van a dividir la marcha”. Le pregunté: “¿Qué hacemos?”. “Déjame gritar unas consignas y ustedes respondan”. Le dije inicia. Vanegas empezó gritando: “¿Somos comunistas?” y nosotros respondimos “¡NO!”, “¿quiénes somos?” y el coro de esas miles de almas respondieron: “¡Panameños!”. Allí ahogamos el sectarismo político hasta llegar al parque de Santa Ana. La marcha había roto los miedos, “los culillos” de quienes desconfiamos en movilizar a los ciudadanos. La Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá se irguió como vanguardia universitaria y también nacional. El espíritu nacionalista y protestatario regresó a la vida universitaria. El VERANILLO DEMOCRÁTICO había realizado el milagro cívico. La conversa con Omar Torrijos, el 14 de septiembre, de aquellos 70 valientes universitarios había logrado la democratización del debate de los Tratados, sacudir el reumatismo cívico de los ciudadanos y más tarde, digan lo que digan, la democratización de la vida nacional.

Cuando llegamos al parque de Santa Ana, aquello fue una marea popular. El Dr. César Quintero calculó en 10 000 personas los asistentes. Habíamos despertado en unos, el nacionalismo panameño histórico y en otros una oposición radicalizada contra el Gobierno de Omar.

LOS 4 GATOS se habían multiplicado... sorprendiendo al SÍ y al NO.

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