• 02/06/2025 00:00

Al borde del no retorno

Las más recientes informaciones sobre el calentamiento global muestran que nos estamos acercando aceleradamente hacia un punto de no retorno. Esto se evidencia en las mediciones científicas, que muestran un peligroso acercamiento hacia la zona de peligro, la cual se alcanzaría cuando se llegue al punto crítico de 430 partículas por millón (ppm) de carbono en la atmosfera, lo que llevaría a un cambio climático prácticamente catastrófico.

Robert Hunziker, en un reciente artículo del 2 de mayo de 2025 titulado “Emisiones de CO₂ absurdas (aterradoras)”, llama la atención sobre la aceleración de la emisión de carbono a la atmosfera. Concretamente, destaca que durante el 2024 la cantidad de CO₂ en la atmosfera se elevó en 3,75 ppm, lo que contrasta con el hecho de que en 1970 este aumento fue de solo 1,13 ppm y en el 2000 de 1,24 ppm.

Esta aceleración ha llevado a que la concentración de CO₂ en la atmósfera se haya incrementado de manera muy significativa, acercándonos al punto de no retorno. Es así que en enero de 2024 esta concentración fue de 422 ppm, mientras que en enero de 2025 llegó a 426 ppm. Lo más dramático lo pone Hunziker en los siguientes términos: “según lecturas actuales del Observatorio de Muna Loa, Hawái, el CO₂ superó las 430 ppm durante seis días consecutivos en abril de 2025 y alcanzó las 430.5 el 21 de abril”. A esto agrega que “claramente, las emisiones de CO₂ están fuera de control, ignorando cualquier pretensión de mitigación del cambio climático de París 2015...”.

Según el blog Artic New, el problema antes señalado se agrava por según el factor: el aumento de las radiaciones. Es así que, de acuerdo a esta fuente, “no solo las concentraciones de CO₂ son muy altas, sino que además se ha producido un aumento de la radiación solar total”. Esto significa que llega más energía a la Tierra, de manera que la alta concentración de CO₂ retiene más calor, elevando las temperaturas. Obviamente se está poniendo en riesgo la vida en nuestro planeta, incluyendo la vida humana

Es de interés destacar que las tendencias aquí señaladas están generando problemas agudos al propio modelo económico que, basado en la búsqueda y acumulación de ganancias, está en el fundamento de las mismas. Se trata, entonces, de los efectos de las contradicciones del dicho modelo.

En un mundo financiarizado es útil señalar los problemas de los seguros debidos al cambio climático. Günther Thallinger, autor ligado al sector de los asegurados, comenta en su artículo del 25 de marzo de 2025, titulado “Clima, riesgo y seguros: el futuro del capitalismo”, que dados los rápidos incrementos de temperatura productos de la emisión de gases invernadero y sus efectos, “las aseguradoras ya no pueden ofrecer cobertura para muchos de estos riesgos”. Su argumento se basa en que “la realidad es que las primas requeridas superan lo que las personas y las empresas pueden pagar”.

No solo se trata, a juicio de este autor, de la pérdida de uno de los distintos negocios financieros, sino que, dado que muchas propiedades no se podrán asegurar, esto llevaría a una situación de práctica paralización del crédito. Es así que, para Thallinger resulta ser que: “si los seguros dejan de estar disponibles, otros servicios financieros también dejarán de estarlo”. Esto se debería a que “ningún banco concederá préstamos para propiedades no asegurables”, de manera que “los mercados financieros se congelan”.

Nos encontramos, entonces, frente a una civilización con un estilo de economía incapaz de generar equidad social en un ambiente de convivencia pacífica, pero que si es capaz de generar condiciones climáticas capaces de destruir fuerzas productivas y riqueza. Sobre todo, es capaz de destruir la vida.

Todas estas tendencias se ven agravadas por la actual política de Trump, la cual busca eliminar todas las regulaciones ambientales, insiste en la producción y uso de los combustibles fósiles, a la vez que busca promover la minería en el fondo del océano. Su posición de eliminar el apoyo gubernamental al desarrollo de las energías limpias, han llevado a Paul Krugman a escribir un artículo publicado con el sugestivo título de “¿Será este el año en el que condenaremos a la civilización?”, en el que realiza una crítica demoledora a la política ambiental de Trump.

Es necesario, tal como lo hemos hecho anteriormente, insistir en que estamos frente a tendencias que pueden tener un alto impacto sobre Panamá. Como ejemplo está la posibilidad cierta de sequías prolongadas, que afecten la operación del Canal de Panamá. También está el impacto sobre la agricultura, incluyendo la de exportación, habida cuenta que un reciente estudio de Nature Food, concluye que los incrementos de temperatura pueden reducir en 60,0 % la producción de banano en América Latina y el Caribe.

Frente a todo esto se percibe por parte del actual gobierno la absoluta falta de una política para hacerle frente a este problema. Mientras tanto el tiempo avanza.

*El autor es economista y docente universitario
Lo Nuevo