• 07/01/2014 01:00

¡Qué manera de empezar el nuevo año!

En mi último artículo del 2013 decía que esperaba este Nuevo Año con sentimientos encontrados. Los eventos del último año en nuestro paí...

En mi último artículo del 2013 decía que esperaba este Nuevo Año con sentimientos encontrados. Los eventos del último año en nuestro país profundizan ese sentimiento. Sin embargo, aunque no soy supersticioso, los años pares siempre me han sido buenos, espero que siga la tendencia. Pero, !qué clase de sobresaltos de última hora!

¡Qué manera de empezar el Nuevo Año! Primero, el nuevo Salario Mínimo, luego el cambio al Régimen Fiscal y lo último, el gran conflicto del Canal.

El aumento del Salario Mínimo, implantado sin evaluar sus inevitables negativos efectos en el costo de nuestra Canasta Básica Alimentaria, contribuirá al alza inflacionaria. Así, señores, preparémonos para mayor inflación con el agravante social que los panameños no estamos acostumbrados a vivir con inflación. Y, señores, la inflación no se combate con decretos o control de precios o subsidios, sino pregúntenselo a Mugabe y a Maduro.

El otro evento que causó pavor fue el tremendo ‘camarón’, abruptamente cambiando nuestro régimen fiscal, vigente por más de cien años. Sus efectos negativos, aún ante su anunciada derogación, están por determinarse. Al final, ruego a Dios que los abogados, banqueros e inversionistas hayan pasado el susto y que lo tomen solo como una enorme metida de pata. No obstante, el solo hecho de cómo fue planeado y ejecutado, a escondidas, desconociendo las graves consecuencias que su implementación traería, al destruir las bases de nuestra economía y sistema monetario, causa el temor de que ‘camarones’ o ‘langostas’ similares surjan antes de las elecciones.

Mas, nada supera el gran sobresalto que estamos sufriendo ante el serio conflicto sobre la continuación de obras de ampliación del Canal. Es un tema gravísimo ampliamente divulgado por la prensa local e internacional. Solo basta agregar que espero impere la cordura y buen juicio en ambas partes y al final se logre resolver el asunto de la mejor manera. Considero correcta la estrategia de nuestro presidente de exigir responsabilidad moral a los gobiernos cuyas empresas intervienen en el conflicto. Los panameños estamos obligados a respaldar todo esfuerzo que proteja nuestros intereses, soberanía e integridad territorial. No debemos olvidar que, como dijo Omar Torrijos, estamos ‘bajo el paraguas del Pentágono’. No vaya ser que el Coloso del Norte invoque la Enmienda De Concini para intervenir, sabido es que siempre han ansiado ser los contratistas de la obra.

Al nivel de Nuestro Pueblo de América, inclusive Panamá, hay elementos alentadores en el lado económico. Se espera que continuará la era de crecimiento económico, aunque a menor velocidad de los años anteriores, aún ante la posibilidad de aumento en el costo del dinero. Por otro lado, el alza en el costo de dinero es un doloroso medio de paliar la inflación.

Otro desarrollo positivo es que aumenta la intolerancia mundial hacia la desigualdad, quizás estimulado por el papa Francisco y su famosa, primera alocución apostólica, Evangelii gaudium.

En lo político, se afianza el giro hacia la izquierda. Es cierto que algunos movimientos izquierdistas de este Pueblo de América se ha moderado, pero no menos cierto es que otros, al asumir el poder democráticamente, cambian de piel y se convierten en verdaderos dictadores. Ese es el grave riesgo de la tendencia. Existen once de diecinueve gobiernos calificados de izquierda en América, unos moderados (‘vegetarianos’) como los de Uruguay y El Salvador; otros fundamentalistas e intransigentes (‘carnívoros’) como los de Cuba y Venezuela.

Este año tendremos elecciones en siete países: Brasil, Bolivia, Uruguay, El Salvador, Costa Rica, Colombia y Panamá. En cuatro de ellos, Brasil, Bolivia, Uruguay y el Salvador, se pronostica el triunfo de la izquierda. Inesperadamente, surge una quinta posibilidad de victoria izquierdista, muy cerca de nosotros, en Costa Rica donde aumenta la posibilidad de victoria de José María Villalta, un joven de 36 años, aspirante a la Presidencia, que se autodenomina ‘izquierdista’. Un fenómeno político inusitado en un país como Costa Rica.

Todo lo anterior demuestra el gran desencanto de las masas con los políticos y partidos tradicionales y la tendencia nuestra a imitar lo que hacen nuestros países vecinos, fenómeno político repetido históricamente en Latinoamérica. ¿Nos afectará en mayo?; lo dudo, este vez; pero de continuar el giro hacia la izquierda en la Región, sería muy difícil no sucumbir a esa tendencia, si no elegimos en el futuro gobiernos probos y de mayor sensibilidad social. Veremos cómo nos comportamos en mayo.

BANQUERO Y EXDIPLOMÁTICO.

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