La nutricionista Vanessa Leone contrasta los beneficios, mitos y realidades del alimento
- 25/10/2023 00:00
La búsqueda del lugar exacto
“Oiga, le agradezco si me lleva al hotel X en el área de El Cangrejo”. “¿En vía Argentina?”, me preguntó el conductor del taxi, que, sin esperar, empezó a movilizar su vehículo. –“No”, le respondí. Está situado en la calle tal. Se asombró y me respondió que si no le podría dar referencias más exactas: “-cerca de qué o al lado de cuál local”, dijo con la seguridad de que podría llegar al sitio si le mencionaba un restaurante, bar, u otro dato más claro o detallado.
Es un despiste generalizado de gran parte de los panameños. No poder dar con una dirección si no les proporcionan pista con un punto desde el que se puedan orientar. A muchos les cuesta saber que la capital tiene un sistema de calles que va con numeración desde las Bóvedas hasta El Chorrillo (27 números seguidos, oeste) y otro este, que se orienta hacia lo largo de la urbe, desde Santa Ana rumbo al aeropuerto.
En la parte vieja, el Casco Antiguo, existen además de las 27 vías, cinco avenidas: Norte, A, Central, B y Eloy Alfaro. Luego en el centro y de sur a norte, se alinean las avenidas Balboa-vía Israel, México, Justo Arosemena, Cuba, Perú, Central-Vía España, Nacional-Bolívar, las grandes rutas de entrada y salida de la ciudad. Luego vienen la calle 50 y las paralelas en Obarrio, que también desalojan el centro bancario, Vía Porras y la Cincuentenario.
Es de reconocer que no existió nunca una forma de organizar racionalmente la ciudad y ella se estructuró en función de las urbanizaciones que el sector privado construyó. La apertura de grandes núcleos de población en sectores como Bethania, Río Abajo, Parque Lefebre y la transformación de sectores como San Francisco, Miraflores, Pueblo Nuevo, cambió totalmente el perfil citadino y complicó la denominación de las calles.
¿Cuál es la forma de la capital panameña? Eso nadie lo sabe y es muy diferente, por ejemplo, la ciudad de Colón, que tiene 16 calles y un conjunto de avenidas, que hace bastante sencillo ubicarse con tan solo dar un nombre y situarlo entre dos calles: avenida Amador Guerrero, entre calles 8 y 9. Tan solo eso basta para llegar a una dirección. Mientras que, en Panamá, es difícil decir en calle 50, entre la 54 y 55.
¿A cuál farmacia Arrocha vas? A la que está frente al hotel Sortis, o aquella entre el hotel El Panamá y el hotel Ejecutivo. No se le ocurra hablar de avenidas Samuel Lewis, Ricardo Arango, Aquilino De la Guardia. Las calles de San Francisco tienen números, pero también nombres de insignes ciudadanos, pero que nadie conoce: Mario Rognoni, Alberto Boyd, Anastacio Ruiz Noriega o Andrés Mojica, entre otras.
En México, las colonias (barrios) tienen nombres que se agrupan en categorías específicas. Por ejemplo, en la Roma, las denominaciones corresponden a ciudades mexicanas; en el área de la avenida Tlalpan por los estudios Churubusco, hay vías que homenajean a profesiones artesanales. Otros sectores dedican sus estructuras callejeras a estados estadounidenses, compositores o frutas. Todos estos casos concebidos con una lógica local y también federal.
Hace algún tiempo, se empezaron a organizar unas excursiones en ciertos sectores en Panamá, en la parte más tradicional, con la finalidad de que el público pudiera encontrar el sentido de ciertas calles y lugares. Es un buen paso, trabajar en esto, no solo para turistas, sino en recorridos guiados que permitan saber dónde se vendía determinado helado, o sifones, o melcochas; quién preparaba tal chicheme, manzanas acarameladas o maní garrapiñado.
Ahora las redes sociales han suplantado a los carteros, individuos que se conocían todos los vericuetos de la estructura citadina. Resulta cada vez más difícil que las nuevas generaciones conozcan el sitio donde viven y desenvuelven su cotidianidad. Esto hay que superarlo.