• 06/10/2016 02:00

Caldo de cultivo para la politiquería

Al actual presidente, Juan Carlos Varela, más le interesa la construcción de obras suntuosas que analizar los grandes bolsones de miseria

Muchas veces en la terraza de mi residencia, en noches de insomnios, he cavilado sobre la falta de éxito que hemos tenido durante tantas décadas para elevar la conciencia moral de nuestro pueblo que persiste en respaldar con su voto a los políticos más corrompidos, quienes, cuando han tenido la suerte de llegar al poder, su interés ha sido involucrarse en toda clase de negociados turbios, junto a su más cercano equipo de Gobierno y no lo digo en particular de ningún partido político sino de una clique oligárquica que surgió a partir de nuestra independencia mediatizada en que a las distintas administraciones norteamericanas les convenía que esos nuevos ricos en camino a hacerse millonarios en todos los Gobiernos sus intereses colonialistas quedaran atados a regímenes dóciles a los mandatos desde Washington, principalmente quienes en cada periodo debían estar en el Palacio de las Garzas, sin descartar el Poder Legislativo y desde luego el Judicial.

Delante de esta máquina de escribir de la que soy dueño por más de 50 años, debo recordar que algo cerca de un siglo el poeta del arrabal Demetrio Herrera Sevillano dijo a los panameños, pobres de solemnidad, ‘Aprende a decir no, cuando dices sí... '.

Triste es consignarlo, pero la verdad al desnudo, ya que la verdad es que el pueblo se conduce invariablemente a la época del recordado bardo que seguirá revolcándose en su tumba, la que el destino le designó.

Y debo contestarme la razón de esta degradación moral en el sentido de que al poder económico, que mantiene en sus manos las riendas del poder político, ningún interés tiene en que el pueblo no siga sufriendo tanta desigualdad social, pues su miseria perpetua o su precariedad en otros casos se convierte en una caldo de cultivo para comprar adherentes para los partidos en formación o debidamente constituidos que son como una empresa comercial que echan a andar para ver cuánto aumentan sus cuentas bancarias en el país o en el extranjero en que ponen a buen resguardo sus dineros mal habidos.

Hablemos sin pelos en la lengua, al actual presidente, Juan Carlos Varela, más le interesa la construcción de obras suntuosas que analizar los grandes bolsones de miseria que se están formando en muchos sectores urbanos y rurales de nuestro país, procurando, mediante un cálculo electorero, repartiendo migajas dentro de la politiquería a que aludo, perpetuarse en el poder, buscando alianza con sus conmilitones que es notoria en el Poder Legislativo.

La política de la peor ralea es la que manejan todos estos politicastros sin escrúpulos, pero el pueblo no aprende, todavía no se incorpora hacia elevados niveles de dignidad. Actualmente nuestro país está saturado de ese comercio político a que me refiero y no aprende y se entrega por unas cuantas monedas para calmar su estómago a los que ya hacen maletas para triunfar en las elecciones de 2019 que, como decimos, está a la vuelta de la esquina.

ABOGADO Y PERIODISTA.

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