• 05/05/2024 00:00

Campaña electoral: continuidad y cambios

Los debates televisivos son algo relativamente nuevo, pero aportaron más que ideas o esperanzas: mentiras, promesas, amenazas e insultos

A mis 66 años, he pasado por muchas campañas, y puedo decir que se mantiene la continuidad en cuanto a: mentiras, promesas, amenazas, insultos, compra de conciencia, y problemas que aquejan a la comunidad, que son los mismos, más o menos, desde 1903 o sea; alimentación (cantidad, buena calidad, precios aceptables), educación (buena calidad, cantidad de centros de educación y educadores, financiamiento disponible para los estudiantes necesitados), salud (buena calidad para todos, medicinas y otros insumos, centros médicos, personal debidamente calificado), seguridad pública (calidad del entorno ciudadano, accionar eficaz de la policía y jueces contra la delincuencia organizada / como en El Salvador por ejemplo), trabajo (de calidad con remuneración decente proporcional al esfuerzo del trabajador, buena cantidad que permita absorber a los jóvenes), transporte (de calidad / el metro es parte positiva, cantidad suficiente, carreteras, caminos y puentes)...

Otra cosa que no ha cambiado, es la concentración de grupo minúsculo de personas con camisetas, gorras y banderas, que promueven “las virtudes” de sus candidatos, gritando a través de megáfonos, o aproximándose a automóviles, casas y centros comerciales, para ofrecerles volantes llenos de promesas, que no se van a cumplir y que normalmente terminan en el suelo, convirtiéndose en basura.

Las caravanas y los cierres de campañas multitudinarios, también formaron parte del “carnaval politiquero”, sin embargo, la mayoría de los candidatos escogieron sitios con relativo pequeño aforo, de manera que las cámaras mostraran una muchedumbre inexistente; y es que, con 8 candidatos presidenciales, la población que los sigue por (dinero, botella de seco, saco de arroz, tanque de gas, vale de comestible, zinc, cemento, carriolas, etc.), no es mucha.

La radio y televisión hicieron su aporte, pero no tan masivo como en otras campañas. Los debates televisivos son algo relativamente nuevo, pero aportaron más que ideas o esperanzas: mentiras, promesas, amenazas e insultos. O sea, más de lo mismo.

Si somos justos, hay que felicitarlos por mantener nuestras ciudades limpias, así como nuestros postes de electricidad y troncos de los árboles, los cuales antiguamente eran cubiertos por papeletas pegadas engrudo, de todos los candidatos y partidos, lo que al final de la campaña generaba un aspecto deplorable, que ninguno se dedicaba a limpiar. Personalmente me tomó (5 horas) empapelar, “en un acto incauto de buena fe”, la vía que va desde la Caja de Ahorros de la transístmica, hasta los libertadores, para un colega que salió electo, pero que nunca lo agradeció.

En este proceso, se han utilizado publicidad fija (vallas, carteles, letreros, etc.), muchos de los cuales están plastificados, por lo que han durado más.

Adicionalmente se utilizaron las redes sociales, activamente, ya que por ser gratuitas y tener una gran población cautiva, superaron, en muchos casos, el uso tradicional de la radio y la televisión.

Independientemente de quien gane, le pedimos a Dios que lo ilumine, para que, dentro de cinco años, no estemos sumergidos en más de lo mismo, en un país que demanda simplemente respeto y sensibilidad de parte de sus gobernantes.

El autor es docente
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