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- 23/11/2014 01:00
El caos de la ciudad
La administración pasada no puedo solucionar el problema de los tranques vehiculares ni del transporte público en la ciudad de Panamá, por varias razones: falta de planificación, ansias de proselitismo y ‘show mediático’. El resultado es que tenemos un caos en la ciudad y el problema del transporte público sigue sin resolverse.
La ciudad de Panamá desde un inicio se desarrolló en forma lineal, entre dos fronteras, el mar y la exzona del canal, por lo que se construyeron vías longitudinales como la Tumba Muerto, Transístmica, vía España, calle Cincuenta y los corredores Norte y Sur. A medida que la urbe fue creciendo, se fue creando un problema de congestionamiento, principalmente por la falta de vías cruzadas que conectaran estas importantes avenidas.
Así, se construyó la vía 12 de Octubre y la vía Porras. Pero estas obras no han sido suficientes para lograr un movimiento vehicular fluido. En la actualidad, los tranques vehiculares se dan a todas las horas del día; tranques que impiden avanzar, gasto excesivo de combustible, impaciencia y desesperación de los conductores. Consciente de este problema, el pasado Gobierno construyó dos pasos a diferentes niveles, que han ayudado bastante en el flujo del tráfico de la Ciudad. Me refiero a los puentes sobre las vías Ricardo J. Alfaro (Tumba Muerto) y la Transístmica. Estos dos puentes a diferentes niveles han mejorado sustancialmente el flujo a lo largo de la Tumba Muerto y la Transístmica; no así en el cruce de la urbe de norte a sur. No han permitido conectar el tráfico de norte a sur a través de la vía Brasil. Todo el flujo de vehículos por esta vía se ha trancado en la vía España, porque no se construyó el puente a dos niveles en la intersección de la vía Brasil con la vía España, como continuidad de este importante corredor. La solución del flujo vehicular de norte a sur de la ciudad quedó incompleta.
Por ello, la obra más urgente que debe realizar el actual Gobierno es la construcción del paso a dos niveles en la intersección de la vía España con la vía Brasil. Es complicado construir este puente de urgencia notoria, pero es muy necesario. La pregunta al nuevo Gobierno es ¿cuándo se va a iniciar esta obra básica, muy necesaria para el desarrollo urbano de la ciudad capital? Yo diría que el puente a dos niveles en la intersección entre vía Brasil y vía España debe tener primera prioridad por encima de cualquier otro proyecto de inversión que se esté programando realizar.
En cuanto al servicio de transporte masivo de pasajeros, lo más importante es garantizar un tiempo mínimo de traslado de pasajeros de un sitio a otro. Es decir, desde su origen hasta su destino. Por ejemplo, garantizar que un pasajero que vive en la barriada 24 de Diciembre pueda llegar a la plaza Cinco de Mayo en un tiempo no mayor de cuarenta y cinco minutos.
Garantizados estos tiempos mínimos de traslado desde diferentes sitios, también habría que garantizar la seguridad del pasajero, que el costo del pasaje esté de acuerdo con la capacidad económica de los usuarios, que haya suficiente cantidad de autobuses y que se programe con precisión el intervalo entre los mismos, para que los usuarios no tengan que hacer largas colas por horas, bajo el sol y la lluvia.
En el caso del contrato Mi Bus, el público no conoce qué fue lo que se pactó en el acuerdo. El problema no se podía resolver cambiando los diablos rojos por una flota moderna de autobuses con aire acondicionado, porque lo que deseaban los usuarios era llegar temprano a sus trabajos, hospitales, almacenes o escuelas. Lo que querían los usuarios no era transportarse en buses modernos. Su verdadero problema era que se tomaba más de tres horas llegar desde las afueras de la ciudad hasta el centro. Llegaban tarde a su trabajo o a las escuelas y tenían que pararse a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo.
Cuando el pasado Gobierno reemplazó los diablos rojos por buses modernos, no cambió nada. Los usuarios siguieron madrugando y llegando tarde a sus destinos. ¿Qué pasó? Muy sencillo: se puso la carreta delante de los bueyes. Lo que tenía que hacer el Gobierno pasado era construir primero la infraestructura vial de la ciudad, que permitiera a los buses avanzar sin interferir con el tráfico vehicular normal de la urbe. Para eso había que construir las rutas exclusivas para la circulación de los autobuses, las paradas y los puntos de retorno, antes de comprar los autobuses. Es decir, acondicionar a la ciudad en su infraestructura vial durante los tres primeros años de Gobierno y el cuarto año traer los autobuses. Si lo hubieran hecho así, no tuviéramos el caos actual que tenemos en el transporte urbano.
El hecho de que el actual Gobierno cancele o revise el contrato de Mi Bus y asuma total o parcialmente la prestación del servicio de trasporte urbano de la ciudad capital, no va a cambiar la situación actual. Hay que reconocer que el Gobierno pasado se equivocó en su estrategia y comenzar a diseñar y construir las rutas exclusivas para los autobuses.
Son más de 500 000 pasajeros que a diario necesitan movilizarse y que hoy viven angustiados para llegar a sus destinos.
Por eso hay que contratar o conformar un equipo técnico, para que a tiempo completo, se dedique a analizar el problema en forma integral y proponga una solución, que no puede ser otra que la construcción vial exclusiva para el traslado de pasajeros en autobuses en forma expedita, constante, segura y a un costo razonable.
*INGENIERO CIVIL Y PLANIFICADOR.