Ciberdelitos contra niños, niñas o adolescentes

Vivimos en un mundo digitalizado que nos ofrece múltiples beneficios, pero a la vez debemos estar conscientes de los riesgos que nos podemos encontrar al navegar por internet, pues podemos ser víctimas de amenazas a la privacidad, de “hackeo” y robo de información y de datos, entre otros.

Hoy por hoy, es impensable que un joven se mantenga alejado de internet o de las redes sociales, porque nacieron con las computadoras, aunque no todos se sienten seguros, sobre todo, algunas personas mayores que en ocasiones desarrollan un miedo a la computadora o ciberfobia.

Actualmente, el rango de los usuarios frecuentes representa 99,7 % de hombres de 16 a 24 años y un 99,3 % de mujeres de 25 a 34 años, y el 92,9 % de la población de 16 a 74 años ha utilizado internet de manera frecuente en 2022, pero cada vez es una realidad que en edades más tempranas estos acceden a internet y a redes sociales.

El internet y la redes sociales resultan atractivos para los menores de edad, pues, a través de ello interactúan y comparten información y datos, inclusive íntimos, cuyo contenido los hace vulnerables, ante la ausencia de aplicaciones de control parental y por la falta de información sobre el uso responsable de este espacio público.

En consecuencia, es frecuente que, como resultado de lo anterior, se cometan delitos contra los niños y adolescentes, entre los que podemos mencionar el “Ciberbullying” o ciberacoso, “Sexting”, “Happy Slapping”, el “Morphing” y el “Grooming”, algunos de los cuales están regulados en la legislación extranjera, pero no en la nacional.

Y es que con la habitualidad en que se suben imágenes a internet y a las redes sociales por los menores de edad, por entretenimiento, compartir o simple vanidad, es riesgoso, ya que esas imágenes o videos de contenido erótico, sexual o pornográfico que se suben y que en ocasiones se han compartido con la pareja o novio (“Sexting”) pueden ser divulgadas sin consentimiento, o también suele suceder que las imágenes subidas puedan ser distorsionadas con connotaciones sexuales o vejatorias (“morphing”).

Además, de lo anterior, los menores de edad pueden ser víctimas a través de lo que se conoce como “Happy slapping” o “bofetada feliz”, en las que se realiza una agresión física a la persona, por parte de otros jóvenes, con la finalidad de compartir esta hazaña con sus contactos.

Por lo que respecta al “Ciberbulling”, es un acoso de naturaleza sicológica en la que un menor amenaza, y humilla a otro niño o adolescente por medio de internet o cualquier otro medio, mientras que el “Grooming” o ciberacoso sexual es cuando un adulto con perfil falso se hace pasar por menor de edad, lo contacta por internet u otro medio tecnológico, y le propone un encuentro, con la finalidad de cometer algún delito contra la libertad sexual.

Finalmente, el “Groomer” es un depredador sexual, un pedófilo, cualquier persona, es un manipulador que lleva a cabo conversaciones prolongadas con su víctima para lograr su confianza y luego pedirle contenido sexual explícito, y tener el encuentro sexual, y sus víctimas generalmente son mujeres.