• 26/10/2023 00:00

El conflicto infinito (II): ¿Qué quiere Hamás?

Hamás no lucha por un pueblo palestino independiente o por mejorar la vida de los palestinos. Al contrario [...]

El pasado sábado 7 de octubre unos tres mil terroristas de Hamás violaron la soberanía del sur de Israel. Por horas, dispararon, liquidaron, hirieron, mutilaron, torturaron, asesinaron, violaron y secuestraron a unos siete mil israelíes, entre ellos ancianos, mujeres, niños y bebés. Las cifras no son mayores gracias a heroicos actos de defensa, muchos sacrificando sus propias vidas.

Al mismo tiempo, Hamás lanzó miles de misiles a las metrópolis de Tel Aviv y Jerusalén. La única razón por la que estos no causaron otros miles de muertos fue la tecnología israelí Domo de hierro, que intercepta a la mayoría en pleno vuelo.

Israel absurdamente se “acostumbró” a sus ataques aéreos, pero este terrestre la tomó por sorpresa, con acciones sádicas comparables a las de ISIS y los Nazis. Y la pregunta es, ¿por qué estos terroristas insisten en atacarla, aun sabiendo no será eliminada y por qué de forma tan cruel? Y aún peor, ¿cómo existen aquellos que aceptan esta crueldad, sin condenarla y hasta justificándola?

Primero recordemos que esta franja de tierra de unos 365 km² fue renegada por Egipto muchas veces. En realidad, Gaza es como la oveja negra de la familia árabe, nadie la quiere. Hamás la controla desde el 2007 después de expulsar a la Autoridad Palestina de forma violenta, un año después del retiro unilateral israelí de sus asentamientos fuera del actual borde que existe desde 1950 eliminado así cualquier reclamo a “tierras ocupadas”. Pero como explicaré, eso no importa.

Hamás no lucha por un pueblo palestino independiente o por mejorar la vida de los palestinos. Al contrario. Uno de sus líderes, Moussa Abu Marzouk, le mintió descaradamente a la entrevistadora de The Economist que ellos no atacan a civiles, añadiendo que es posible destruir a Israel (o sea, a cada uno de sus 10 millones de ciudadanos).

A la pregunta si no le importa la muerte de palestinos por perseguir ese “sueño”, él le contesta “la dignidad palestina es más importante que la vida”. Cualquiera puede leer en Wikipedia su carta fundacional describiendo sus objetivos “muerte a los judíos” y “la obliteración de Israel”, claro reflejo del “Mi lucha” de Hitler.

Este ataque no fue militar o de protesta. Según las instrucciones de ataque, su sádico propósito fue de matarlos a todos. Sobrevivientes describieron el éxtasis y hasta risas; “como en una fiesta”, atestiguó uno, probable efecto de las fenetilinas que tomaron. Los tantos videos de las cámaras de seguridad y de las 'GoPro' en los mismos terroristas, los muestran atacando sin miedo, como si jugaran 'paintball'. Los jóvenes de la fiesta corren como gacelas huyendo de hambrientos predadores. Las ruinas en los poblados atestiguan la cruel masacre, familias abrazadas asesinadas juntas, ataques a enfermerías, a enfermeras, a niños, a bebés, lagos de sangre en carros, pisos y paredes. ¿Por qué Hamás documentó esta masacre?

Hamás no representa a los palestinos como Al Qaeda o El Estado Islámico (ISIS) no representan a los pueblos de Afganistán o Irak. Hamás no protege o trata de mejorar las vidas de los ciudadanos de Gaza. Hamás está financiado por los cobardes extremistas iraníes y cataríes con el único objetivo de atacar a Israel. Los cientos de millones de dólares que reciben al año los usan para construir armas, túneles y administrar su operación terrorista en vez de invertirlos en la producción civil, en infraestructura y en educación. Gaza podría ser un paraíso contando con unos 40 km de hermosas playas en el Mediterráneo. ¿Qué ganan estos gobiernos autoritarios costeando esta sangrienta e interminable guerra?

“El enemigo común” es una narrativa que ha servido a dictadores desde hace siglos. Ellos venden la idea de que están “defendiendo a los palestinos”, pero a estos corruptos los palestinos no les interesa. Los líderes de Irán y Qatar “pelean” por el mismo objetivo que los líderes de Hamás: para aparentar una lealtad a los valores musulmanes que prevalecen en sus pueblos. ¿Por qué esto es importante? Ellos necesitan que el pueblo se concentre en un “enemigo común” de lo contrario descubriría la incompetencia, corrupción y crueldad de sus propios dirigentes, quienes necesitan de un pueblo sumiso para poder seguir absorbiendo de ellos sus recursos. Como Hitler profesaba “un pueblo, un reino, un líder”. Líderes corruptos inventan a enemigos para consolidar su poder y el nulo valor por la vida es una de sus armas, tal como lo hizo Hitler con los judíos, Al Qaeda con los americanos y como lo hace la cobarde Rusia en Ucrania.

Después de sobrevivir el holocausto, los judíos no pudieron tener menos suerte con el descubrimiento del petróleo en la península árabe. Casi todo país árabe lo consiguió, menos Israel. Este flujo de capital les ha permitido elevar su calidad de vida poniendo a su vanidad en esteroides. La rápida riqueza es una bendición, así como un peligro para estos líderes, pues el pueblo también quiere. Y para disuadirlos, confundirlos y distraerlos de esta ambición y de la posibilidad de rebelión (como ya pasó en Irán en 1979), además de aplicar internamente a la tiranía, el control de los medios y el miedo, ellos necesitan tanto del enemigo como de la víctima profesando: “¿qué ustedes se quejan al momento que sus hermanos palestinos sufren?”.

Hamás les provee de forma eficiente a ambos, manteniéndolos en los titulares y a sus “patronos” tranquilos, pues, exhiben a sus pueblos que los recursos del estado están siendo usados para ayudar a sus “hermanos” en contra de este “enemigo común”. Hamás provee este servicio, pues no saben hacer más nada, como tampoco les importa sacrificar las vidas de la población en Gaza, un pequeño precio por pagar para que sus líderes puedan viajar por el mundo, vivir cómodos, seguros, con lujos y satisfacer su pequeño ego con la idea de que hacen “algo importante”, sin ninguna relación a la realidad o a los verdaderos valores del islam.

Lo peor es que la mayoría del mundo depende del petróleo como bebés de la leche materna, así se cuidan de no criticar la inhumana política de estos países autoritarios. Irán y Qatar presentan engañosamente al mundo su financiamiento como dirigido al pueblo de Gaza, pero este está en realidad destinado a Hamás para atacar pues, de no hacerlo, no estaría haciendo su trabajo. Aún peor, el sumiso pueblo palestino no tiene la capacidad de oponérsele (han tratado) siendo víctimas de un efectivo lavado de cerebro anti sionista y una dependencia al estilo del “síndrome de Estocolmo”. Al final, ambos palestinos e israelíes son las víctimas de una explotación cínica, hipócrita, falsa, vana y, en general, de una falta de valores humanos por parte de los líderes del mundo, tema a explicarse en el próximo artículo.

Panameño residente en Israel
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