• 13/08/2021 00:00

La Constitución de Cúcuta y la independencia de Panamá

“En la Villa del Rosario de Cúcuta, los representantes de los pueblos de la Nueva Granada y Venezuela, unidos en Congreso General, ratificaron dicha Ley Fundamental y consagraron sus trabajos a la adopción de la Constitución Política […]”

Después del triunfo de las fuerzas patriotas en la batalla de Boyacá, que selló la Independencia de la Nueva Granada, los representantes de los pueblos de la Nueva Granada y Venezuela, en el Congreso de Angostura, inaugurado en 1819, decretaron la Ley Fundamental de la Unión de los Pueblos de Colombia, la cual dispuso que ambos pueblos quedaban reunidos en un solo Cuerpo de Nación, bajo el pacto expreso de un Gobierno popular y representativo, con el nombre de República de Colombia y la nación colombiana se declaraba siempre e irrevocablemente libre e independiente de la monarquía española y de cualquier otra potencia o dominación extranjera y no era ni sería patrimonio de ninguna familia o persona.

En la Villa del Rosario de Cúcuta, los representantes de los pueblos de la Nueva Granada y Venezuela, unidos en Congreso General, ratificaron dicha Ley Fundamental y consagraron sus trabajos a la adopción de la Constitución Política, que fue aprobada el 30 de agosto de 1821, bajo la presidencia del doctor Miguel Peña y la vicepresidencia del istmeño, doctor Rafael Lasso de la Vega, obispo de Mérida. El presidente Simón Bolívar y sus ministros la sancionaron el 6 de octubre. Luego, el Congreso procedió a elegir presidente de la República al Libertador y vicepresidente al general Francisco de Paula Santander.

La Carta Política reiteraba la vocación por la Independencia, declaraba que la soberanía residía esencialmente en la Nación y proclamaba el deber de proteger la libertad, la seguridad, la propiedad y la igualdad de todos los colombianos. El territorio se dividió en departamentos, los departamentos en provincias, las provincias en cantones y los cantones en parroquias. Los pueblos del Virreinato de la Nueva Granada y de la Capitanía de Venezuela, que todavía estaban bajo el yugo español, en cualquier tiempo que se liberaran, formarían parte de la República, con derechos y representación iguales a los que ya la componían. El Gobierno se declaraba popular y representativo. El Poder Legislativo estaba formado por el Congreso: Senado y Cámara de Representantes. El presidente y el vicepresidente de la República se elegían por cuatro años, en elecciones de dos grados, pero en primera vez este Congreso General designaba a estos altos funcionarios y a los senadores. El Poder Judicial estaba integrado por la Alta Corte de Justicia, las cortes superiores de justicia y los juzgados inferiores.

Ante el desarrollo de los acontecimientos independentistas en las colonias americanas, el 28 de noviembre, el Cabildo de la ciudad de Panamá declaró la independencia del señorío español y se ligó inmediatamente a la República de Colombia, gesta que fue seguida por el Ayuntamiento de Santiago de Veragua, cuando el 1.° de diciembre proclamó también la Independencia, a invitación y apremio del ayuntamiento de Natá e incitado por el ayuntamiento de Los Santos (precursor de la Independencia), que habían actuado en consecuencia.

La noticia de la Independencia del Istmo se conoció en Bogotá el 12 de enero de 1822, cuando se publicó el mensaje del coronel José de Fábrega, jefe superior del Istmo, dirigido al Libertador, presidente de Colombia, quien, a la vez que comunicaba los pormenores de este acontecimiento, imploraba “su alta protección en todos los sentidos para conservar a la República de Colombia un punto tan interesante” y solicitaba poner las acciones de los istmeños a “la consideración del supremo congreso para que se digne aprobar nuestras operaciones, y reconocernos como parte integrante de la república que representa, a donde se dirigirá el diputado que lo haga por este istmo”.

El Libertador contestó al coronel Fábrega: “No me es posible expresar el sentimiento de gozo y admiración que he experimentado al saber que Panamá, el centro del Universo, es regenerado por sí mismo, y libre por su propia virtud. El Acta de Independencia de Panamá, es el monumento más glorioso que puede ofrecer a la historia ninguna provincia americana. Todo está allí consultado, justicia, generosidad, política e interés general”. Acto seguido, el vicepresidente Santander, encargado del Poder Ejecutivo, creó el departamento del Istmo, con las provincias del Istmo de Panamá, que se “libertaron por sus propios esfuerzos y por el patriotismo de sus habitantes”.

En el Istmo se juró y promulgó la Constitución de Cúcuta el 24 de febrero de 1822. En la ciudad de Panamá, la noche anterior, se presentó en las calles y las plazas una multitud de personas de todas las clases sociales y sexos, “en quienes se determinaba el placer inherente a la condición de hombres libres”.

Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, el pueblo se reunió en la Plaza Mayor y con la participación del coronel José María Carreño, intendente y comandante del departamento del Istmo, del coronel Fábrega, gobernador de la provincia de Veragua, de los miembros del Ayuntamiento, de las autoridades eclesiásticas y seculares, del clero, de las comunidades religiosas y de los oficiales del batallón de milicias cívicas se procedió con la lectura de dicha Constitución. Luego se formularon las felicitaciones a la República, al Libertador y al Congreso; se produjeron los honores militares, las expresiones de vítores y las aclamaciones. Estas demostraciones de júbilo se repitieron en la plaza de la parroquia de San Ana, adonde se dirigió la comitiva oficial. Luego hubo otras celebraciones cívicas y religiosas y la noche coronó con un suntuoso baile con orquesta y el respectivo banquete. El 25 de febrero se hizo el juramento con la mayor solemnidad. La ceremonia comenzó con el “elocuente discurso” pronunciado por Juan José Martínez, deán de la Iglesia Catedral (y firmante del Acta de Independencia de Panamá), alusivo a la significativa ocasión y siguió con el correspondiente “Te Deum”, los repiques de campana, el saludo de las tropas y los nuevos aplausos del público.

Profesor de Derecho, Universidad de Panamá.
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