• 18/03/2020 04:00

El coronavirus y la seguridad alimentaria

Con algún buen grado de aceptación, la comunidad en general está aceptando que debe quedarse en casa, porque puede contaminarse con el virus.

Con algún buen grado de aceptación, la comunidad en general está aceptando que debe quedarse en casa, porque puede contaminarse con el virus.

Este confinamiento, que no solo se está practicando en nuestro país, sino en la gran mayoría de las naciones del mundo, tiene sus efectos en la economía y el comercio mundial.

La contaminación del virus ha elevado el nivel de importancia a la salud, pero también debemos atender con carácter prioritario la seguridad alimentaria, que es tan fundamental como la salud.

El virus tiene paralizadas las fábricas de ciertos insumos agropecuarios, como los fertilizantes y los pesticidas, producidos en su gran mayoría en territorio asiático.

El transporte marítimo y aéreo también están prácticamente paralizados y los contratos de compra de productos agropecuarios, los que nos son deficitarios como el arroz, maíz y cebolla, de continuar la propagación del virus la importación de estos productos sería incierta, aun pagando altos precios por ellos.

El tema del virus acapara la atención, pero lo cierto es que, a pesar de que las estrellas del presidente Cortizo son la educación y también como productor el sector agropecuario, la situación de la salud pública, le está dando espacio de tiempo para que las escuelas se reparen en un ciento por ciento y que el sector pueda contar con una nueva Aupsa, que tanto se prometió eliminar, y que, a pesar del tiempo transcurrido, aún no se logra reglamentar su estatus nocivo hacia la producción nacional.

La seguridad alimentaria es tan importante como la salud del panameño. Sin alimento no hay salud. Y en las actuales circunstancias, con todo un virus globalizado el abastecimiento de los productos alimenticios pudiera agravarse. Quedarse en casa es importante, pero cruzarse de brazos puede ser también fatal en estos momentos, si no ponemos también nuestros esfuerzos en prepararnos frente a una posible falta de alimentos.

Algunas propuestas para enfrentar esta posible situación serían empezar por congelar los intereses de los préstamos agropecuarios. Además, para comprar una casa te prestan hasta 30 años y más, mientras que para producir alimentos solo te dan un plazo de cinco años. En otros países han reducido a 0 las tasas de interés.

A fin de prepararnos para lo que pudiera venir, tenemos que incentivar la siembra de arroz, maíz y yuca, como alimentos estratégicos, y no olvidar las hortalizas y el ñame.

Quedémonos en casa, pero no olvidemos el campo.

Periodista
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