• 25/02/2024 00:00

De frente contra la industria de comida chatarra

No podemos permitir que la industria de comida chatarra destruya la salud de nuestra población. Es hora de combatir seriamente la epidemia de diabetes tipo 2 y obesidad en Panamá. Un buen punto de partida sería prohibir los anuncios de comida chatarra dirigidos a niños.

Las estadísticas son alarmantes. Más de dos millones de panameños tienen sobrepeso y obesidad. Y a menos que cambiemos drásticamente de rumbo, estas cifras crecerán exponencialmente. Seamos claros: esta epidemia no sólo pone en peligro la salud y el bienestar de la población, sino también su economía. El costo estimado de la diabetes en Panamá fue de casi mil millones de dólares el año pasado, casi el 40% del presupuesto para atención médica.

Las tres preguntas que debemos hacer son: ¿Por qué la tasa de obesidad infantil se triplicó desde la década de 1970? ¿Por qué uno de cada cuatro niños y tres de cada cuatro adultos tienen sobrepeso? ¿Por qué el número de niños con diabetes tipo 2 se disparará en casi un 700% durante las próximas cuatro décadas?

Las respuestas a estas preguntas no son complicadas. Durante muchos años hemos permitido que las grandes corporaciones inciten a los niños a comer alimentos y bebidas cargados de azúcar, sal y grasas saturadas diseñadas deliberadamente para ser consumidas en exceso. La situación ha empeorado tanto que la mayor parte de lo que comen los niños hoy en día consiste en alimentos ultraprocesados como cereales azucarados, sodas, deditos de pollo, salchichas, papas fritas y tortillas. Incluso los alimentos que parecen saludables, como los yogures con sabor a frutas y las barras de granola, contienen altos niveles de edulcorantes. Es espantoso que, según estudios recientes publicados en el British Medical Journal, los alimentos ultraprocesados pueden ser tan adictivos como el alcohol o los cigarrillos.

Mientras las tasas de diabetes y obesidad se disparan y gastamos miles de millones de dólares para tratar estas enfermedades, la industria de comida chatarra gasta millones de dólares en publicidad para hacer que muchos de sus productos no saludables sean irresistibles para el consumidor. Peor aún, se utilizan millones de dólares para comercializar directamente alimentos predominantemente ricos en azúcar, sal y grasas saturadas para nuestros niños con el fin de engancharlos a estos productos a una edad temprana. Según estudios, los niños y adolescentes ven alrededor de 6 mil anuncios de alimentos y bebidas en televisión y redes cada año, un promedio de 16 anuncios por día. Más específicamente, los niños que ven canales como Nickelodeon y Nicktoons están expuestos a más de 10 anuncios de alimentos y bebidas no saludables cada hora.

El año pasado Coca-Cola Co. gastó $350 millones en publicidad sólo en Estados Unidos, mientras que obtuvo casi $10 mil millones en ganancias. Ninguno de sus anuncios explicó que beber una o dos latas de soda al día aumenta en un 25% las posibilidades de contraer diabetes tipo 2. Ninguno de sus anuncios de televisión tampoco explicó que una botella de soda de 20 onzas contiene más de 15 cucharaditas de endulzante sintético, más del doble del límite diario recomendado para los niños.

Por tanto, hay que empezar por prohibir los anuncios de comida chatarra para niños. Si se prohibiera la publicidad de comida rápida dirigida a niños, se podría reducir la tasa de obesidad infantil. En la década de 1980, la provincia de Quebec en Canadá prohibió la publicidad de comida chatarra dirigida a niños menores de 13 años. Hoy en día, esa provincia tiene la tasa de obesidad infantil más baja de Canadá y el mayor consumo de frutas y verduras de cualquier provincia canadiense. En mayo del año pasado, la Organización Mundial de la Salud pidió a los países que redujeran sustancialmente la publicidad de comida chatarra dirigida a los niños. Inmediatamente, varios países anunciaron que prohibiría toda publicidad de comida chatarra dirigida a los niños. Noruega, Irlanda, Portugal, Corea del Sur, España y Taiwán comenzaron este año a restringir y prohibir seriamente estos anuncios. Ya en 2021, México prohibió los personajes de dibujos animados en los productos alimenticios y ahora exige etiquetas de advertencia en todos los productos que contienen exceso de edulcorantes, calorías, sodio o grasas saturadas, algo que también se debería considerar.

Sin duda, la industria de comida chatarra hará todo lo posible para proteger el estatus quo y su capacidad de destruir la salud de nuestros niños. No se trata sólo de miles de millones en publicidad. Ya la industria vio un nuevo canal de influencia y está gastando decenas de millones de dólares en contribuciones de campaña para elegir candidatos que protejan sus intereses.

Es hora de que hagamos lo posible para combatir la epidemia de diabetes y obesidad. Llegó el momento de enfrentar a una industria que antepone sus ganancias a la salud de nuestros hijos. Suficiente daño han hecho ya.

El autor es empresario
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