• 08/06/2009 02:00

Derecho de los normalistas a una educación superior

Sin conocer tan a fondo la lucha que llevaban los estudiantes, profesores y la comunidad santiagueña por la creación, implementación y r...

Sin conocer tan a fondo la lucha que llevaban los estudiantes, profesores y la comunidad santiagueña por la creación, implementación y respeto por el Instituto Pedagógico Superior J.D.A., yo presenté al electorado santiagueño, como una propuesta de mi plan de trabajo de resultar electo como diputado, cosa que no se dio, que se plantearía la creación de una Universidad Juan Demóstenes Arosemena. Es decir, me iba más allá de la creación de un Instituto Superior.

El hecho anterior, aunado a la intención de que igualmente en las instalaciones del Instituto Nacional de Agricultura, se creara una Universidad Especial Agropecuaria, utilizando el modelo del Instituto Zamorano. Ambos puntos, serían puntas de lanza de mi propuesta en el tema de la educación, aparte de la reforma curricular, que tanto se requiere para el resto del sistema educativo panameño.

El que haya perdido las elecciones para diputado en Santiago, no quiere decir que debemos abandonar a su suerte a esa gran escuela, como lo es la Augusta Normal de Santiago, que a través de los años nos ha dado grandes glorias, que cruzaron sus aulas y pasillos, tanto en lo político, lo laboral, comercial, intelectual y artístico, sin dejar pasar el ámbito deportivo. No es justo ahora, que no se le permita adaptarse a los nuevos tiempos, donde buscamos un educador debidamente capacitado y con la pedagogía suficiente.

¿Cuales son los intereses que se mueven detrás de evitar una ampliación de los estudios en la Escuela Normal, por medio del Instituto Superior Pedagógico? Esa es la pregunta que muchos se hacen y temo tener la respuesta. No es nada más, ni nada menos que los intereses económicos de universidades privadas, de las cuales hay muchas y de sobras en Panamá, que te quieren graduar profesionales sin mayores exigencias académicas, después que tengan para pagar semestres y cuatrimestres, bienvenido sea.

La Escuela Normal es semillero de maestros, pero hasta allí. En adelante los tienes que enviar a universidades privadas, incluso públicas, para que sean estos los receptores de ese caudal, no de intelecto, sino de dinero que entra a sus arcas. ¿Cuál es el problema de que exista una competencia sana, entre quienes imparten educación pública y privada, si vivimos en un modelo capitalista de libre mercado? Solo el tiempo dará la razón. Dejemos a la Normal de Santiago superarse y veamos en el futuro la calidad de educación que imparten quienes egresan de un Instituto Superior Pedagógico JDA y el resto de universidades. La idea es que no le cortemos alas al ánimo de estudio y perfeccionamiento por el simple hecho de verlo como una competencia que reduce la ganancia de una universidad. Así veo las cosas y así las cuento.

-El autor es abogado.roberto_ruiz_diaz@yahoo.es

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