• 22/09/2016 02:02

Cómo conocí y polemicé con el Dr. Ricardo J. Alfaro (I)

El Dr. Alfaro me felicitó y me encomendó ingresar a la Escuela de Diplomacia, a la que entré en 1962

En 1960 trabajaba en IBM en la Zona del Canal. Conmigo trabajaba Lupita Alfaro, nieta del Dr. Ricardo J. Alfaro, internacionalista, excanciller, expresidente y vicepresidente de la Corte Internacional de Justicia.

‘He leído textos de tu abuelo, pero no lo conozco ', le dije a Lupita, quien me facilitó una cita con su abuelo en su residencia, lo cual me pareció un logro importante. El Dr. Alfaro me recibió y saludó con amabilidad. Le dije que estaba algo familiarizado con sus ejecutorias y con los fundadores de la República, actores de primer orden en el ámbito de las relaciones de Panamá con EE.UU. Le manifesté que estaba interesado en explorar los recursos jurídicos que pudieran utilizarse para lograr la soberanía panameña y eliminar el mal llamado Tratado de 1903. El Dr. Alfaro me felicitó y me encomendó ingresar a la Escuela de Diplomacia, a la que entré en 1962.

En 1926 el Dr. Alfaro había gestionado que el Departamento de Estado nos hiciera llegar la primera versión en español del Tratado Hay-Bunau Varilla, ya que el mismo había sido redactado (no negociado) en inglés y se nos había impuesto con un cuchillo al cuello. ¡Veintitrés años sin leer el Tratado de 1903 en español!

Entre 1960 y 1965 ayudé, como su amanuense, a Domingo H. Turner, tomando dictado de sus memorias. Secretario de Carlos A. Mendoza y del general Benjamín Quintero Villarreal, Turner me contó cómo él, junto a Harmodio Arias M., ambos diputados, se opusieron al proyecto Alfaro-Kellogg en 1926 que nos sometía a control militar de EE.UU. y nos obligaba a declararnos en estado de guerra en cualquier conflicto de esta potencia.

Como lo relata Oscar Vargas Velarde, ‘el expresidente Jorge E. Illueca contó que los diputados Harmodio Arias Madrid y Domingo H. Turner abanderaron en dicha Asamblea ‘las jornadas de defensa de la integridad nacional' que culminaron con el rechazo del Tratado Alfaro-Kellogg '.

‘Se conjuraron con este propósito dos grandes talentos: el jurídico del doctor Arias, y el político de Turner, quien con el apoyo del Sindicato General de los Trabajadores de la República y su ascendencia sobre los grupos humanos de la ciudad y del campo, fue el brazo de la acción popular para rechazar el ominoso instrumento '. (Oscar Vargas Velarde, Domingo H. Turner: paladín de los obreros y de las luchas nacionales. FSTRP-ISES: Panamá, junio de 2016).

Con la Declaración Moreno-Bunker de 3 de abril de 1964, se cerró la agresión del 9, 10 y 11 de enero y se iniciaron las negociaciones con EE.UU. Al año siguiente, la primera Comisión negociadora, integrada por Illueca, Benedetti y Mora, se disolvió. Como señala el Dr. Jorge Turner Morales en el prólogo a El Canal de Panamá, calvario de un pueblo (Julio Yao, Madrid, 1972, 1974): ‘Ya la renuncia y consiguiente denuncia de que se gestaban cosas feas, formuladas por Illueca, Benedetti y Mora, así como la llamada ‘Declaración Robles-Johnson' de 1965, mostraban a los entendidos que los diplomáticos de ambos países no tenían en mientes dar cumplimiento al espíritu contenido en la protesta enerina, cuando Yao no pudo más y empezó a escribir y a publicar sus trabajos en la prensa. En buena hora lo hizo '.

‘Faltaba aún mucho trecho por recorrer, y su pluma contribuyó de modo resaltante en la labor de esclarecimiento que derrotó los copiosos y propagandísticos cantos de sirenas con los que el claudicante Gobierno panameño intentaba llevar de la mano al pueblo por el camino de la traición nacional '.

La Declaración Moreno-Bunker contemplaba un tratado del Canal, un tratado para un Canal al Nivel y un tratado sobre Defensa y Neutralidad. La Cancillería, bajo Fernando Eleta, había firmado un Canje de Nota el 15 de febrero de 1966 con el embajador Charles W. Adair, conforme al cual se autorizaba a la potencia llevar a cabo exploraciones y estudios para un Canal a Nivel del Mar en Darién.

Según Jorge Turner: ‘Los permisos exploratorios concedidos por nota eran el preámbulo para entregar más tarde los derechos para construir y explotar una nueva vía acuática. Así lo aquilata Yao, entre otros, y escribe ‘El Canje de Notas Eleta-Adair', refutación brillante a las tesis del doctor Ricardo J. Alfaro '. (Yao, página. 22).

*ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y ESCRITOR.

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