• 03/06/2025 00:00

El asesino de Lina Rojas / proyecto de ley 49

Kenny Alberto Quintero Cedeño, de 58 años, fue condenado a 48 años de prisión por los delitos de femicidio y violación agravada en perjuicio de la niña Lina Fabiola Rojas Grajales, de tan solo 10 años. El atroz crimen ocurrió el 9 de febrero de 2023 en el distrito de Alanje, provincia de Chiriquí.

El pasado lunes 26 de mayo, tras 837 días de espera y sufrimiento para la familia de Lina, el Tribunal de Juicio de la provincia de Chiriquí emitió una sentencia unánime. Durante seis días de juicio oral se presentaron 58 pruebas, entre testimoniales, periciales, documentales y materiales, todas ellas consideradas contundentes por los tres jueces, quienes no hallaron mérito alguno en los alegatos de la defensa.

Esta sentencia es ejemplar, aunque la defensa insiste en interponer un recurso buscando una modificación de la pena o incluso una reducción de años de cárcel.

Separar a los agresores sexuales y feminicidas de nuestra sociedad es una responsabilidad ineludible. Por ello, impulsamos el proyecto de ley 49, que modifica artículos clave del Código Penal, aumentando las penas por delitos como violación, intimidación y otros actos que atenten contra la integridad sexual. Entre sus reformas, se modifica el artículo 176, estableciendo claramente que cualquier relación sexual con menores de entre 14 y 18 años, aun con consentimiento, será sancionada con prisión de ocho a doce años. Sustituyendo penas irrisorias que permitían que los ofensores sexuales pudieran salir libres en breves lapsos por beneficios de ley.

Este proyecto de ley 49 ya fue aprobado en tercer debate en la Asamblea Nacional y solo espera la sanción presidencial y publicación en Gaceta Oficial para ser ley de la República. Es imperativo proteger a nuestras niñas, niños y adolescentes; para ello hay que trabajar a diario y más cuando vemos las estadísticas de este año.

En el primer trimestre de 2025 se recibieron 1.323 denuncias por delitos contra la integridad sexual, representando 15 denuncias diarias o una denuncia cada 98 minutos. Esto no son solo números, son víctimas vulnerables que demandan atención inmediata por parte de todas nuestras instituciones. Por ello, consideramos que las condenas largas evitarán que los agresores vuelvan a actuar dentro de nuestra sociedad contra personas inocentes. Porque detrás de cada cifra hay una víctima, una historia marcada por el dolor y una familia fracturada por la impunidad, esperando justicia.

La violencia no solo destruye vidas, sino que derrumba el tejido más profundo de nuestra sociedad. No basta con indignarnos cuando un caso conmueve o tiene una gran cobertura mediática, el sistema de justicia debe actuar con firmeza y constancia para erradicar esta violencia desde su raíz.

Educar, prevenir, sancionar con penas largas y, sobre todo, acompañar a las víctimas, es el único camino. Porque una sociedad que no protege a sus niñas y niños, que no escucha sus silencios ni sus gritos, es una sociedad que ha perdido el rumbo de su humanidad. Que el caso de Lina Rojas no sea solo una sentencia más, sino un grito de justicia que nos comprometa a no permitir jamás que otra niña sea silenciada por la violencia.

*La autora es ciudadana panameña
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