• 14/10/2023 00:00

Epístola de san Héctor a los panamenses

[...] prepárense para las vacas flacas, ya que las gordas, 'según cálculos de Fitch', pasaron hace rato, camino del desierto [...]

Que la gracia y la paz de nuestro  señor  esté  con   ustedes, queridos hermanos. Héctor les saluda desde Alexandría, mi bella ciudad costera egipcia.

Reconozco que  marzo de  2010 fue una fecha muy importante  en nuestro calendario.  Durante la administración del presidente Martinelli  logramos ser uno de cinco  países latinoamericanos a los cuales las empresas calificadoras de riesgo  ungieron con la bula bendita del 'grado de inversión'.

Esto significa que fuimos incluidos en  una cofradía muy buena. Fueron bendecidos, junto  con  nosotros, Chile, México, Perú y Uruguay.  Toda obra de la  misericordia  da frutos,  aunque nunca falten los impíos.

Recordemos, hermanos en la fe, que esas empresas calificadoras evalúan las posibilidades de que las naciones bajo el reino celestial paguen sus préstamos de modo responsable. Someterse a su escrutinio  es  doloroso, pero es un dolor purificador, como el fuego.  Es cierto también que, para tomar sus decisiones,  los inversionistas  que nos prestan monedas de plata ponen mucha  atención  a esas evaluaciones. Jamás dudan de eso, pues es impropio de hombres de fe.

Ahora, apreciados panamenses, no cierren los ojos del cuerpo y menos aún los del alma: desde septiembre de 2023 ustedes enfrentan una grave aflicción. Se siente el olor a azufre y se escucha el crujir de dientes pues, Fitch Ratings –una de las principales empresas calificadoras de riesgo, probablemente poseída por un espíritu maledicente– emitió un informe en el que anuncia tribulación al reducir el rating de nuestra deuda, de la categoría “BBB- con perspectiva estable”, a “BBB- con perspectiva negativa”.

Esta reducción  advierte a los inversionistas que compran  los  bonos  emitidos por el  Ministerio  de  Economía y Finanzas –bajo mi santa responsabilidad– que si el país sigue como va, perderá Compostela, aquel campo de estrellas que se logró con el grado de inversión de 2010. Ni Santiago apóstol nos salvaría.

Querido pueblo de Dios, en mi alerta de hoy no existen palabras vanas. Al contrario, teman y tiemblen, pues, el  maligno  ronda  y raja:  si nuestra tierra pierde  el grado de inversión,  el interés que  pagaremos por endeudarnos subirá, arriesgando nuestra alma por afectar la inversión extranjera necesaria  para   alcanzar la gloria financiera. ¡Apocalipsis!

Por eso, usted, respetado prójimo, debe comprender el comportamiento reciente de nuestro crecimiento.

Tras la plaga bíblica de la Covid-19, Panamá se recupera, pero entendamos que lo hace a un ritmo cada vez menor. Después de la contracción económica de 17% en 2020, crecimos 15% en 2022, 10% en 2021 y a penas 6% en 2023. Consciente de esas cifras, a continuación presento cinco razones por las cuales el endemoniado Fitch cambió nuestra perspectiva de estable a negativa.

La primera razón, confieso, es que usando la pandemia como excusa, el  Gobierno, del que yo formo parte, usó la deuda para  crecer la planilla estatal y financiar el clientelismo.

En segundo  lugar, ellos nos señalan  las 'accounting maneuvers'  (palabras  expresamente  incluidas en  el informe de Fitch), en las que  incurrí. Aquel  vocablo  en lengua extranjera  significa que  mi  Gobierno  martilló  los números –como los clavos en Cristo–  para hacerlos encajar. Soy yo quien tiembla y teme ahora… Estoy arrepentido y  purgaré mi pecado.

Tercero, por los atrasos pagando a nuestros proveedores.

Cuarto, porque el presupuesto de 2024 aumentó 18.7% respecto al de 2023 y porque en julio de 2019 recibí del gobierno anterior la deuda en 26 mil millones y en seis meses la entregaré en 48 mil millones al próximo.

Y quinto, porque de entre los países con grado de inversión, tenemos la relación deuda-PIB más alta: 58%.

Fitch  sugiere  un Gólgota  para corregir la  situación.  Un camino duro e impopular.  En el primer latigazo, panamenses, nos piden eliminar el vale digital. El segundo cuerazo es suspender el subsidio a la gasolina y al tanquecito de gas. ¡Anatema! Además, nos exige minimizar el subsidio a la tarifa eléctrica….¡vade retro!

Por último, afirma en lenguaje técnico, que “se necesita revisar la planilla del Estado para hacer más eficiente el recurso humano”. Hablando claro y sin parábolas, eso significa romper las botellas de la Asamblea de Diputados en víspera de las elecciones y, por tanto, afectar a nuestro candidato, qué momento tan inoportuno.

Mientras tanto, queridos panamenses, solo me queda advertirles: prepárense para las vacas flacas, ya que las gordas –según cálculos de Fitch– pasaron hace rato, camino del desierto. ¿Quién es un luchador para un pueblo golpeado con capacidad demostrada para pastorearlas con liderazgo y hacerlas volver?

Investigador de mercados
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