Representantes de las diferentes actividades económicas del país alertaron sobre las consecuencias que se avecinan si los cierres continúan. Hicieron un...

Escuchar nuestra voz interior y los sucesos que ocurren en nuestro entorno a veces se convierten en una tarea incomprensible cuando se suscitan diversas tribulaciones en nuestras vidas, pero es una habilidad blanda que poco a poco iremos desarrollando con el transcurrir del tiempo cuando aprendemos a integrar las palabras escuchar, pensar y actuar.
Saber escucharnos y escuchar a los demás nos permitirá analizar una situación desde diferentes aristas con sus respectivas repercusiones disminuyendo las probabilidades de cometer errores que nos impacten a nosotros mismos o a terceros.
En sentido metafórico, evitaremos chocarnos con la vida. Conocer nuestra personalidad ¿Quién soy (fortaleza, oportunidad, debilidad y amenaza)? ¿Cuál es mi misión, visión y objetivos? ¿Qué acciones implementaré para lograrlo? ¿Cómo evaluaré mi plan operativo anual? Determinará nuestro plan de acción para obtener resultados considerando las tendencias actuales.
Unir las ideas en una diversidad de opiniones puede originar una gran solución considerando las necesidades de las personas con las que se interactúa diariamente desde la perspectiva de satisfacción al cliente y el respeto a las personas utilizando el enfoque de Lean Six Sigma para resolver problemas a partir de la metodología DMAIC (definir, medir, analizar, mejorar y controlar).
Cultivar el arte de saber escuchar nos ayudará a reconocer las experiencias o casos de éxitos en determinada circunstancia.
Hallar soluciones para los problemas que se presentan en nuestro día a día dependerá de nuestra capacidad de escucha activa y la adaptación a los cambios. “Nada es nunca como siempre. En este mundo de cambios constantes evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir” extracto del libro “El pez que no quiso evolucionar” escrito por Paco Muro.
Apreciar nuestro presente contribuye a establecer las bases de nuestro futuro; sin embargo, el egocentrismo y el miedo a evolucionar evita que identifiquemos las oportunidades de mejora continua. “Durante años eché la culpa a la mala suerte, a los demás, al mundo, y ahora ya he aprendido que soy yo el único responsable”, frase seleccionada del libro citado en líneas anteriores.
Recordar los segundos, los minutos, las horas, los días y los años donde hubo momentos en donde decidiste ser el actor secundario para darle paso al actor principal. Las anécdotas de tus padres, tu pareja, hijos, familiares, amigos y compañeros son ese actor principal que con el tiempo se convertirán en esos episodios de alegría cuando no estén. En ocasiones los pequeños actos de bondad, como granitos de arena, mejoran el entorno haciendo de cada día el Día de las Buenas Acciones.
Encontrar soluciones en consenso amplia el abanico de alternativas cuando somos conscientes de la situación actual y el impacto de los factores exógenos. La tarea de rendir cuentas es la relación entre lo planificado, lo ejecutado y los resultados en un periodo de tiempo determinado; pero si no escuchamos nos será difícil pensar y actuar. La escucha activa, el pensamiento crítico, la comunicación, la honradez, la responsabilidad y el trabajo en equipo son los cimientos para ser mejores individuos y ciudadanos.