• 28/08/2018 02:01

Reflexiones sobre ética y moral

El desarrollo de actitudes democráticas por medio de la discusión de temas filosóficos era una de las metas principales de Lipman.

El libro de Manuel y Camila, ‘Reflexiones sobre moral', publicado en Chile en 1998, no es una mera reproducción de la versión chilena. Incluye también todas las correcciones y cambios que los autores hicieron para la edición alemana (Stuttgart: Reclam 2000), con el fin de aclarar el texto y de acomodarlo a las circunstancias culturales de los nuevos lectores. La gestación del libro se remonta a la llegada de Tugendhat a Santiago de Chile, en abril de 1992. Entonces Ana María Vicuña y Celso López trabajaban en una investigación sobre educación y democracia, junto con algunos estudiantes del Instituto de Filosofía de la Universidad Católica. El objetivo de la investigación era averiguar si la introducción en los colegios del programa de filosofía para niños del filósofo estadounidense Matthew Lipman, contribuiría al fomento de una cultura democrática en un país, como Chile, que hacía poco, en 1990, había salido de una dictadura militar que duró 17 años.

El desarrollo de actitudes democráticas por medio de la discusión de temas filosóficos era una de las metas principales de Lipman. Partiendo de la base de que estas actitudes se forman muy lentamente y de que la filosofía favorece especialmente su cultivo en la medida en que estimula la reflexión crítica y la disposición a resolver argumentativamente las diferencias de opinión, pensaba que la enseñanza de la filosofía debía comenzar en la primaria y extenderse a todas las capas sociales. Pero en Chile el programa había sido aprobado solo en algunos colegios privados de la capital con alumnos de clase media o alta. Por esta razón, los investigadores decidieron hacer la experiencia en dos establecimientos con alumnos de escasos recursos.

El estudio se concretó en un libro, que fue concebido principalmente como texto escolar, para alumnos que se encuentran en la primera fase de la enseñanza secundaria. Por eso hay que contemplarlo también desde el punto de vista pedagógico. Destaca, en primer lugar, el modo en que entiende la tarea educativa: la educación ha de ser educación para la autonomía. El objetivo es que niños y jóvenes se conviertan en personas capaces de gobernarse a sí mismas, de lo cual da testimonio el tipo de rol que constantemente asumen en el texto adultos y profesores; actúan como mediadores de discusiones; ofrecen orientaciones, tomando en cuenta las posibilidades e inquietudes de los jóvenes; reflexionan con ellos, dan razones y no imponen opiniones o puntos de vista.

En general, cumplen una función pedagógica subsidiaria. Sus opiniones o puntos de vista entran en juego cuando los jóvenes mismos no pueden resolver un problema o no logran avanzar en la reflexión y se sienten desorientados.

La composición del libro ilustra además diversos principios didácticos relevantes tales como 1) la adecuación a la edad y al desarrollo psicosocial de los educandos; 2) la cercanía a temas y problemas reales (los ejemplos y los problemas surgen del entorno cotidiano); 3) el aprendizaje de métodos para manejar conceptos y extraer conclusiones; 4) la orientación a la acción (se aplica, por ejemplo, la regla de oro a situaciones nuevas); 5) el fomento de la creatividad (se estimula de diversos modos la iniciativa propia, la toma de decisiones, la reflexión personal y la búsqueda de soluciones) y 6) el aprendizaje social, puesto que presenta un modelo de indagación en grupo.

Por último, no debiera pasar inadvertido un rasgo peculiar del libro: la relación interna entre composición y materia de estudio. La manera de presentar los temas no obedece simplemente al propósito de respetar en algún grado el método ‘abierto' de Matthew Lipman. Si a menudo las cuestiones no se discuten hasta el final, no es solo para dejarles a los lectores algo que hacer. El punto, más bien, es que no hay una moral perfectamente acabada, un sistema exhaustivo de reglas de comportamiento escrito en alguna parte, que simplemente haya que descubrir.

La moral es ella misma una cuestión parcialmente abierta. Proporciona una norma fundamental, la del respeto mutuo, que si bien adopta respuestas claras y precisas en algunos casos, en otros constituye solo una orientación para el entendimiento entre individuos autónomos.

PEDAGOGO, ESCRITOR Y DIPLOMÁTICO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus