Generar empleos formales será un reto

Panamá continúa en su proceso de recuperación de la peor catástrofe económica y laboral de su historia, que incluyó la cuarta mayor contracción económica en el mundo (2020) y la pérdida del 42 % de los empleos formales de su empresa privada. En el primer año de pandemia, 3 de cada 4 trabajadores asalariados del sector privado perdieron sus trabajos o sufrieron la suspensión de sus contratos laborales. 15 % de los trabajadores suspendidos nunca recuperaron sus empleos.

El producto interno bruto (PIB), en el 2021, aumentó 15.3 % en relación al año anterior, impulsado por el sector externo, exportaciones de cobre y mayores ingresos del Canal. Pero la demanda interna sigue deprimida, con tres sectores particularmente rezagados, construcción, comercio al detal y turismo, que concentran un tercio de la fuerza laboral del país.

La economía no está generando nuevos empleos. A pesar de que en el 2021 se recuperó una fracción importante de los empleos perdidos el año anterior, entre el 2019 y 2021 desaparecieron unos 250 mil empleos formales del sector privado, incluyendo a los 42 mil trabajadores cuyos contratos fueron reactivados y luego desvinculados, al tiempo que se agregaron 71 mil servidores públicos a la planilla estatal, que hoy ronda los 365 mil funcionarios (INEC, junio 2021). Y en abril 2022, más de 400 mil personas recibieron el Vale Digital, porque no encuentran trabajo.

El país vive la paradoja de crecimiento económico y crisis laboral, a la vez. El número de beneficiarios del Vale casi duplica el número oficial de desocupados a octubre 2021 (222 mil) y es una prueba clara de esta crisis. Por otro lado, en el 2021, Mitradel tramitó 40 % menos nuevos contratos laborales que en el 2019, y en los dos primeros meses del 2022 el porcentaje ha aumentado al 47 %, es síntoma de que la crisis laboral se está agravando.

Que hoy se genere la mitad de los empleos formales que en el 2019 es síntoma de incertidumbre en el clima de inversiones en el país. La escasa disponibilidad de empleo y la enorme cantidad de trabajadores que perdieron sus trabajos o fueron reintegrados en condiciones distintas a las existentes antes de la pandemia, están ocasionando incertidumbre laboral e inhibición del consumo, como lo demuestra el más reciente Indice de Confianza del Consumidor Panameño (marzo 2022), que arrojó que el 83 % de los panameños siente que no tendrá trabajo en los próximos seis meses.

Como evolución positiva, la consolidación de las exportaciones de cobre ha sido recibida con entusiasmo por la comunidad inversionista internacional. Informes recientes de la calificadora de riesgo Fitch Ratings y la banca de inversiones Morgan Stanley dan a la minería un rol protagónico en el crecimiento económico y gestión de las finanzas públicas de Panamá.

Ante la precaria situación financiera del Estado y la severa descapitalización del sector privado nacional, estos pronunciamientos son buenas noticias que deben ser capitalizadas para la construcción del clima necesario para la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) para desarrollar todos los sectores estratégicos (no solo minería) y generar empleos formales.

En los últimos 17 años (2004-2021), 88 % de los nuevos empleos generados por la economía han venido del sector terciario/servicios (78 %) y la construcción (sector secundario, 10 %), actividades severamente castigadas por la pandemia, que no generarán empleos en las cantidades históricas, y a corto plazo no ofrecen un panorama alentador para nuevas inversiones.

Más aún, estas actividades históricas muestran altos niveles de informalidad, incluyendo la logística (67 % de informalidad laboral a octubre 2021), comercio (44 %), industria (55 %), construcción (46 %) y turismo (41 %), en contraste con la minería (4 %).

La informalidad en Panamá se ubicó en 47.6 % de la Población Ocupada No Agrícola en el 2021 (versus 36.9 % en 2011). Las perspectivas de convertirnos en un país turístico (41 % de informalidad) y/o logístico (67 %) dependerán directamente de la capacidad para atraer inversión privada, tanto nacional como extranjera, hacia esas actividades económicas. En este contexto, el 4 % de informalidad laboral en el sector minero guarda directa relación con los $6700 millones invertidos por Minera Panamá, la mayor inversión extranjera en la historia del país.

Sin inversiones, la mayoría de los empleos que se generarán en estos sectores serán informales. Generar empleos formales requerirá confianza, inversión y consumo. No habrá inversión sin confianza ni rentabilización de esta sin consumo. La pregunta ¿cómo generar empleos dignos?, requiere previamente contestar ¿cómo generamos confianza?, ¿cómo atraemos inversiones? Invertir en Panamá TIENE que ser “un buen negocio”.