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- 01/01/2018 01:01
Desarrollo humano y educación
Es probable que el crecimiento económico avance el desarrollo humano a medida que la base de recursos se expande, mientras que el mayor desarrollo humano genera un mayor crecimiento económico a medida que las personas más sanas y educadas contribuyen a mejorar el desempeño económico. El análisis de regresión muestra conexiones bastante fuertes entre el desarrollo humano y el crecimiento económico en América Latina, pero el crecimiento económico a la relación de desarrollo humano es mucho más débil que el indicado por evidencia mundial, probablemente debido al impacto disruptivo de la crisis de deuda.
Los estudios de casos de países exitosos y sin éxito muestran que el éxito del desarrollo humano se debió a un buen desempeño económico combinado con un alto gasto social. Los fracasos se asociaron con conflictos, desastres naturales y duras políticas de ajuste. La exploración del comportamiento del país en el tiempo confirma que se debe dar prioridad al desarrollo humano para alcanzar un ciclo virtuoso de crecimiento y mayor desarrollo humano.
La educación necesita conectar el aprendizaje con la experiencia del mundo real de los estudiantes y centrarse en el usuario, también es importante un currículo riguroso que desarrolle poderosas metodologías y conocimientos.
Es nuestro deber desarrollar los poderes intelectuales como una meta necesaria, pero no suficiente de la educación. La educación debe dotar a los jóvenes para vivir una vida plena y convertirse en aprendices de por vida, capaces de desarrollar su potencial y contribuir a la sociedad. No podemos promover alumnos pasivos y complacientes en lugar de tomadores de decisiones reflexivos, autónomos e informados. La función primordial de la educación es desarrollar el intelecto, la motivación y la sabiduría de los jóvenes para que se conviertan en ciudadanos ‘maduros' y eficaces, capaces de transmitir la cultura de una generación a la siguiente y transformarla frente al cambio.
Panamá logró posicionarse como el mejor país del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Centroamérica y en la posición 60 en todo el mundo, con lo que empuja al segundo nivel al vecino Costa Rica que ocupó el primer lugar.
De acuerdo con ese documento, Panamá tiene una esperanza de vida de 76,3 años, un promedio escolar de 9,4 años y un ingreso bruto per cápita de 13 519 dólares estadounidenses el año antepasado.
Sin embargo, Costa Rica supera su esperanza de vida al nacer con 79,4 años, la más alta de América Latina. Debajo de los dos se encuentran, en ese orden, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala, que tiene la posición final en la región centroamericana.
El progreso del desarrollo en los últimos 25 años ha sido impresionante en muchos frentes. Pero las ganancias no han sido universales. Hay desequilibrios entre países. Los grupos socioeconómicos, étnicos y raciales, urbanos. Y las zonas rurales, y mujeres y hombres. Millones de personas son incapaces de alcanzar su pleno potencial en la vida porque sufren privaciones en múltiples dimensiones del desarrollo humano.
A pesar de la estrecha interrelación existente entre los cambios comportamentales de carácter cultural, existe una clara diferencia entre ellos respecto al papel que juega el entorno social en su desarrollo. Los cambios psicobiológicos son el resultado de la maduración orgánica determinada por la dotación genética del individuo. Estos cambios tienen lugar de manera espontánea y sin que medie la intervención directa de otras personas.
Entender el proceso de desarrollo de la persona de este modo, es decir, como proceso que, sobre la base del desarrollo psicobiológico, consiste en la adquisición progresiva de los instrumentos y competencias culturales del grupo humano al que pertenece, supone considerar de manera distinta las relaciones entre desarrollo y educación. Los procesos educativos, de naturaleza interpersonal, son una pieza clave en este ‘traspaso de competencias' que es el desarrollo humano, en cuanto que ayudan a la adquisición de los instrumentos y conocimientos necesarios para poder crecer y actuar en el entorno físico y social en el que este tiene lugar. La educación tiene pues un papel crucial en el desarrollo cultural de la persona y, por tanto, en el desarrollo global de la misma.
Todavía hay mucho por hacer en Panamá en materia de educación, como en las regiones indígenas. La educación es la expresión más notoria de la participación activa de la ciudadanía, posibilita su protagonismo directo en la lucha contra la pobreza y la promoción del desarrollo humano, favorece la participación ciudadana en los procesos de cambio de políticas y transformación de estructuras sociales, económicas y/o políticas de un país.
PSICOPEDAGOGO