• 08/08/2011 02:00

El extraño caso Delgado—Diamante (I)

PERIODISTA. El hecho y la intencionalidad que aflora predispone para una investigación a fondo que sugiere por lo menos dos versiones a...

PERIODISTA

El hecho y la intencionalidad que aflora predispone para una investigación a fondo que sugiere por lo menos dos versiones acerca de lo acontecido. La de la señora Jean Black, esposa de la víctima, indica que el entonces subteniente Daniel Delgado Diamante ‘asesinó a sangre fría a un subalterno el 8 de febrero de 1970’, en tanto que, según testigos, el militar hirió a Andrés García, quien, posteriormente, murió desangrado en el Hospital Santo Tomás.

La versión atribuida a la señora Black indica que Delgado Diamante llegó a la residencia aquel día, destrozó la puerta de entrada de una patada y descargó tres tiros contra García, quien habría muerto en el lugar en un charco de sangre: ‘El asesinato ocurrió dentro de la propia casa del cabo, en Panamá Viejo. Esto fue horrible, adentro de la casa lo mató; tres tiros le dio’, según la señora Black.

Otras indagatorias sostienen que cuando el subteniente llegó, con otros policías, las puertas estaban abiertas y García, bayoneta en mano, se lanzó contra Delgado Diamante, quien, inicialmente, hizo dos disparos al aire o al piso; el tercer disparo, hecho hacia abajo, dio contra la pierna de García, quien fue trasladado al hospital Santo Tomas, donde murió desangrado.

Resulta crucial desentrañar el caso, porque si García murió desangrado en el hospital y no fue víctima de los ‘tres disparos’ que se mencionan, el análisis debe considerar otros elementos: 1— ¿Cuál de las dos versiones refleja con exactitud lo ocurrido? 2— ¿Dónde y cómo muere finalmente García? 3— ¿Fue en defensa propia? 4— ¿Fue juzgado o no el caso? 5— ¿Por qué, si se duda sobre si hubo o no juicio en este asunto, ha sido imposible que un equipo de peritos especializados busque el expediente extraviado? 6— ¿Por qué si, según la ley, 40 años después es un hecho prescrito, el caso se reabre? Una situación similar se produjo el año pasado con otro militar que ahora ocupa un alto cargo en la Fuerza Pública y fue sobreseído definitivamente.

¿Qué sucedió aquel ocho de febrero de 1970?

Según consta en el expediente, la señora Jean Black de García, esposa de Andrés García declaró que ‘... llegamos a Panamá Viejo el sábado por la mañana, sábado siete de febrero de 1970, él quería que nos fuéramos a divertir por la noche de sábado de carnaval, cuando él llegó a buscarme, pensando que ya yo estaba lista, yo le dije que no podía salir porque mi mamá se negó a quedarse con los muchachos, el insistió, vamos, vamos, y se fue solo, no apareció en toda la noche’.

El mismo testimonio revela que Andrés García tomó licor toda la noche de ese sábado y lo siguió haciendo durante la mañana del ocho de febrero en una bodega llamada ‘El Maldito Cayo’. Como a la una de la tarde llegó a la casa de su suegra junto a otros policías ‘todos tomados, borrachos...’ indica la señora Black.

Francisco Murillo Gómez, un guardia, que por esos años formaba parte de la tropa de Panamá Viejo, asevera que Andrés García siguió libando licor en el casino del cuartel, y luego se dirigió a la armería para retirar un fusil, intento frustrado por varias unidades, Murillo entre ellos. En el forcejeo García logró asirse de la bayoneta del arma y herir al sargento armero Simeón Villarreal.

‘... logramos evitar que se llevara el fusil —recuerda Murillo Gómez en su declaración— pero aun así el salió del cuartel con la bayoneta, profiriendo insultos y amenazas de muerte a su esposa, suegra y también a otras personas...’.

Conforme las declaraciones que reposan en el expediente, García era, al momento de salir del cuartel, un hombre fuera de control, por la bebida que había ingerido y por el disgusto que reflejaba.

¿Quién era Andrés García? Varias unidades del cuartel lo recuerdan como un compañero carismático, voluntarioso, que hacía parte del equipo de tiro de la Guardia Nacional y que por esos días se preparaba para integrar la representación panameña en los Undécimos Juegos Deportivos de Centroamérica y el Caribe que se realizarían aquí en marzo de ese año. El problema de Andrés sobrevenía cuando tomaba licor.

El día del incidente el jefe del cuartel, capitán Rogelio Alba, estaba fuera de su despacho; le seguía otro oficial, que tampoco se encontraba, y en el reemplazo de ambos se turnaban en el cargo los subtenientes Marcio Herazo y Daniel Delgado Diamante. Cuando el incidente se suscita, Delgado Diamante estaba a cargo de la plaza.

Miguel Fernández Valdés, otro guardia presente aquel día en el cuartel, declara que tras herir a Simeón Villarreal, García ‘se escapa del cuartel... Para entonces el señor Daniel Delgado Diamante era el oficial de turno y pide voluntarios para que lo acompañen al arresto del señor García...’.

De acuerdo a las versiones que sobre el caso ha dado Delgado Diamante, dos factores incidieron en su decisión de arrestar a García: las amenazas de matar a la señora Jean Black y a su suegra, y el estado de ebriedad de García, afirmaciones que coinciden con las declaraciones de la señora Black.

‘... nosotras nos quedamos en el patio de la casa, porque todo era patio afuera de la casa, en eso llega corriendo un muchacho y le gritó a mi mamá: Marciana, escóndete que dice Andrés que te viene a matar, mi mamá corrió y se metió atrás de la casa y yo agarré a los tres niños y me agaché detrás de un bulto de madera...’, sostiene la señora Jean Black de García en la declaración que aparece en el expediente. Sigue mañana...

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