• 19/11/2025 00:00

El IICA, reciente elección y un nuevo paradigma

Generalmente todas las organizaciones deben renovarse en sus más altas jerarquías o directores. Eso debe ser lo común y que ocurra de manera frecuente. Es una constante el cambio, rotación, escogencia de nuevos dirigentes, cada cierto tiempo. Es lo que aconseja la razón, evaluación y condiciones, salvo raras excepciones de Juntas Directivas Familiares de Empresas o de otra índole y naturaleza, que permanecen muchos años aferrados a los controles o decisión.

Nadie debe perpetuarse en el poder, salvo un periodo adicional de mando y brindar la oportunidad para el reemplazo adecuado, si abrazamos los conceptos de la antigua democracia ateniense, hoy debilitadas. Es necesario la alternabilidad, permitir que otros accedan en las estructuras de autoridad.

Siempre nos abocaremos a elegir nuevas atribuciones o directores en las distintas corporaciones, grupos de diferente naturaleza para dirigir los destinos o enrumbar los derroteros o propósitos que persiga cualquier institución. Periódicamente se realizan elecciones para la selección de directores o actividad con la finalidad de realizar uno o varios objetivos en común.

¿A qué viene tanta explicación o justificación? Recientemente se escogió al nuevo director general del IICA, Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, prestigiosa entidad, conformada por instancias de gobierno y un sistema ejecutor que contempla un esquema operativo, aglutina a 34 estados miembros, 5 centros regionales y una sede central.

Sus órganos de gobierno son la Junta Interamericana de Agricultura (JIA) y la reunión de ministros de Agricultura de las Américas y propósito fundamental es apoyar los esfuerzos de los Estados miembros para lograr el desarrollo agrícola y el bienestar rural.

Cuentan con una amplia experiencia en variados temas como tecnología e innovación para la agricultura, sanidad agropecuaria, calidad e inocuidad de los alimentos, comercio agropecuario internacional, agricultura familiar, desarrollo rural, gestión de los recursos naturales y bioeconomía.

El ingeniero agrónomo guyanes Muhammad Ibrain fue elegido nuevo director general del IICA para el periodo 2026-2030 tras obtener la mayoría absoluta de voto de los ministros de agricultura de las Américas que se reunieron en la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), celebrada en Brasilia. Sustituye al argentino Ingeniero Manuel Otero, quien había dirigido la institución desde 2018.

Ibrain según las noticias de agro-rural “es un ingeniero agrónomo con una amplia trayectoria en gestión internacional y que ha dedicado 35 años a la construcción de redes para aumentar la productividad y la resiliencia del sector agrícola en las Américas. Tiene conocimientos en el establecimiento de alianzas, movilización de recursos financieros, trabajo con tomadores de decisión y establecimiento de contactos claves en el continente americano”.

Su “formación incluye una maestría en Ciencias Agrícolas y Recursos Naturales con énfasis en Nutrición Animal del Centro de Investigacion Agrícola Tropical y de Enseñanza Superior (CATIE) en Costa Rica, donde fue director general y un doctorado en Ciencias Agrícolas con especialización en Ganadería y Nutrición por la Universidad de Wageningen, en los países bajos”.

El nuevo director, que asumirá su cargo el 15 de enero próximo, tendrá la enorme responsabilidad de dirigir la organización en un mundo convulsionado —cada época tiene sus propias características— y se enfrentara a retos y desafíos más exigentes, por la complejidad de los escenarios y el papel que desempeña la agricultura en los pueblos y estados miembros.

Debe tener la capacidad de reinventarse y por ende cumplir, la misión encomendada, al igual que su equipo administrativo y técnico, redimensionar el papel que debe jugar, articulándose en el contexto de las naciones con las dificultades agropecuaria regional y nacional de cada país.

“El mundo, explico Ibrain en un discurso atraviesa actualmente numerosos riesgos y una gran incertidumbre. Manifiesta que esto implica que el IICA se encuentra en una gran disyuntiva, pues debe abordar numerosas interrogantes y demandas de cooperación técnica de sus países integrantes en un entorno de escasez de recursos”.

Ha reconocido e identificado, entre algunos, retos: la problemática de los sistemas agroalimentarios fragmentados e inseguros, amenazas para el comercio agrícola, una mayor demanda de alimentos, aumento de los precios, desaceleración del crecimiento promedio de la productividad, problemas ambientales, vulnerabilidad a los brotes de plagas y enfermedades, fragilidad de la agricultura familiar, que produce gran parte de los alimentos.

“El IICA, sostiene con la experiencia adquirida, está bien posicionada para continuar trabajando como la institución de referencia con sus socios y Estados Miembros para abordar esos desafíos y convertir la agricultura en un motor de la prosperidad de los países de las Américas”.

Puntualiza que se “debe profundizar el trabajo que viene haciendo el IICA para fomentar las inversiones tendientes a la transformación de los sistemas agroalimentarios y mejorar la viabilidad económica y financiera de las empresas agrícolas y, en particular de los pequeños agricultores”.

Somos conscientes de ese papel histórico que ha jugado el IICA a través del tiempo, desde 1942, cuando fue Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas hasta el día de hoy, pero pensamos que no debe burocratizarse, ni convertirse en un cuerpo esclerotizado o cataléptico y amorfo, o estancarse, en estos tiempos modernos, sino un ente ágil, dinámico, instrumento transformador.

Aspirar un nuevo paradigma, será su misión.

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