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- 27/11/2011 01:00
In memoria de José Félix Llopis
A los amigos de José Félix, para muchos Pepe Llopis, nos resulta muy difícil aceptar que de este último viaje a Europa no volverá a Panamá, como siempre lo había hecho en innumerables ocasiones, para compartir con su amigos e invitados gratos momentos, muy a menudo en comidas y cócteles, reuniones que organizaba en sus casas de Punta Paitilla y Contadora, donde se degustaba la buena mesa y el buen vino, que personalmente se preocupaba en escoger y donde la sobremesa y los temas han sido de los más variados e interesantes, pues se compartían desde política internacional y nacional de actualidad, como de artes plásticas, literatura, anécdotas de sus más recientes viajes, de moda, de cigarros, de colecciones de pinturas, de exposiciones de museo, de concursos de belleza donde fue jurado y mucho más, de todo aquello que un hombre de mundo podría conversar con sus amigos e invitados.
En los últimos años, dedicó tiempo trabajando en la terminación del libro sobre su vida y las hechos más relevantes que le tocó vivir en los diferentes países donde residió. El libro José Félix Llopis, violencia, perfumes y humo, escrito por Manolo Mora, fue presentado en Panama en noviembre del año pasado, también en Madrid y México, y recientemente a principios de este mes de noviembre, en el Centro de América Latina en Paris. Actualmente estaba acreditado como diplomático, representante en Panama en la Unión Latina, organización europea que integra todas las naciones de habla hispana para el intercambio cultural.
La presentación de sus colecciones de arte, que incluyen una de la más amplias exposiciones de Molas, ha estado recientemente exhibiéndose en la Universidad de Alcalá de Henares, donde estuvo recién esta semana presentado sus obras, donde quedarán permanentemente expuestas y en especial el documental fílmico sobre las Fortalezas del Caribe, que contribuyó a su producción con los auspicios de la Fundación José Llopis.
Siempre tenía nuevos proyectos que emprender, porque era un incansable trotamundos. Su último viaje al Oriente, realizado recientemente en octubre, fue a Corea del Norte, para conocer más a fondo, con un grupo de científicos y estudiosos de Francia, las interioridades del último bastión de un sistema de gobierno único en esta era moderna. Regresó de Beijing a Paris un día martes y el jueves llegó a Panamá por cinco días, para acompañar a una familia propietaria de la Finca de Vinos Torremilanos de Aranda del Duero, que exponía acá a la Feria del Vino, para regresar de vuelta a Paris y Madrid por dos semanas, ya que quería volver pronto para pasar en Panamá su próximo cumpleaños, el 3 de diciembre.
Tenía otro gran proyecto en manos, terminar de adquirir una hermosa propiedad en Isla Contadora, que le permitiría ampliar la Casa Llopis y así disponer de una vista impresionante y más amplia para disfrutar en su refugio tropical, donde él realmente descansaba y atendería a sus amigos. Para fines de enero del próximo año quería celebrar en su nueva casa un memorable evento con sus amistades de Europa y Panamá que vendrían a visitarlo.
Hace algunos meses conversando en su apartamento, platicamos sobre el futuro de la Fundación Llopis y dónde se expondrían sus cuadros y sus obras cuando él no estuviera, y tocamos el tema que dónde estaría él, habiendo pasado en diferentes momentos de su vida en distintos lugares.
Fue así como le dije, ‘donde usted nació fue en España, por razones conocidas durante el gobierno de Franco, se trasladó su familia a Francia siendo apenas un estudiante, y luego emigraron posteriormente a Venezuela donde inició su vida profesional en el periodismo con la France Press, hasta que conoció el proyecto de Monsieur Christian Dior en América Latina, vinculándose a la representación y distribución de los productos de la marca de moda y perfumes, inicialmente en Cuba y posteriormente en Panamá, desde la Zona Libre de Colón, donde estableció la empresa. Pero fue la Isla Contadora la que cautivó sus sueños con su encanto y tranquilidad’.
De ahí surgió la idea de que sus cenizas serían depositadas en cada uno de esos cuatro países: España, Francia, Venezuela y Contadora en Panama; ‘porque es ahí donde he vivido y es ahí donde descansaré eternamente’ dijo él; pero ‘Sr Llopis’, le dije, ‘jamás en los más de 30 años de conocerlo y tratarlo jamás habíamos hablado de este tema’, tomamos una copa de vino y brindamos, y me dijo, ‘eso es lo que haremos’.
A mediados del próximo mes de diciembre vendrán sus familiares a Panamá, a cumplir con su deseo. José Llopis, nuestro querido y entrañable amigo de los que estamos acá, a pesar de haber visitado y conocido tantos lugares en este mundo por donde viajó, quiso mucho a Panamá, donde dejó su corazón. Fue aquí donde compartió tantos días felices con sus amigos, quienes lo recordaremos con mucho cariño, porque nos ha dejado una huella indeleble de su legado, su amistad y de sus sueños.
Tus amigos reconocemos que lo más hermoso que Pepe Llopis tenía ha sido su gran calidad humana y su extrema sencillez. Volverás en diciembre para quedarte por siempre con nosotros. Descansa en Paz inolvidable querido amigo. Estarás en nuestras oraciones.
Parroquia San Lucas. Ciudad de Panama, 18 de noviembre de 2011.
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