• 07/12/2009 01:00

Jesús Alberto Labastida, hasta luego, amigo...

Lo conocí en mis inicios como periodista, en mi primer trabajo con lo que se podría llamar un salario real, allá por los 80, cuando él, ...

Lo conocí en mis inicios como periodista, en mi primer trabajo con lo que se podría llamar un salario real, allá por los 80, cuando él, locutor de cabina, y yo, estudiante de periodismo en mi último año de la carrera y reportera del noticiero, trabajábamos en La Exitosa.

Como siempre en este medio, muchos tendremos anécdotas de Jesús Alberto Labastida , sobre todo por ser un bromista empedernido, pero siempre amable, respetuoso y excelente compañero, incluso, en lo que a mí respecta, en algún momento, consejero. Definitivamente, al hablar de él todos recordaremos su buen sentido del humor.. permanente, lo que hacía ver su alegría de vivir, además de esa sinceridad que se le sentía en el trato con todos los que teníamos relación con él.

Sabía que Labastida, para mí “ Laba ”, había estado enfermo, y uno de estos días pregunté por él, pero no recibí noticias; hasta ayer, cuando escuché a otro de nuestros valores de la radio, Pacífico Orozco , que también trabajó con nosotros en La Exitosa , hablar en KW-Continente sobre lo que para mí era la primicia de su muerte. Escalofríos, lágrimas y una gran tristeza por el amigo que se fue, pero también la certeza de que deja excelentes recuerdos y su página imborrable en la historia de la radio panameña, escrita con talento, dedicación y amor. ¿Más consuelo?, además de haberme distinguido con su aprecio y amistad, la certeza de que solo muere quien es olvidado y con Labastida eso no pasará, porque siempre estará presente en la bitácora de nuestras vidas personales y profesionales.

El trabajo en los medios de comunicación es difícil, lleno de insatisfacciones de muchas clases, pero si hubiese una sola satisfacción que exaltar, sería el conocer a personas excelentes, con gran calidad humana y profesional, que marcan nuestras vidas, no solo con un buen ejemplo como profesionales, sino con sonrisas y cariños y que, pese a que vamos de un medio a otro y no nos vemos con frecuencia, siempre perdura ese sentimiento de pertenencia del compañero, del amigo, y sabemos dónde estamos, qué hacemos, nos apreciamos, nos queremos, nos respetamos.. y no nos olvidamos ni nos despedimos de quien parte primero.. solo nos decimos.. “hasta luego, amigo...”.

*Periodista.www.dorishubbardcastillo.blogspot.com

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