• 07/02/2019 01:00

Exitosa la JMJ

Como católico practicante y egresado del Colegio Javier, que precisamente este año celebramos nuestro cincuentenario de graduación

La JMJ después de muchos meses de planeación, se realizó en nuestro país, a mi modo de ver, de una manera formidable. Indudablemente que existirán muchas opiniones, dependiendo del afecto que podamos tener a la Iglesia, o bien por los intereses particulares que de una manera positiva o negativa nos hayan impactado.

Las estadísticas muestran que ingresaron a Panamá más turistas y residentes en el país, que peregrinos inscritos, lo que indica que la JMJ no solo puede ser evaluada desde el punto de vista religioso, sino que su impacto fue mayor, si se quiere hasta en lo económico.

Con el respeto de las opiniones opuestas a la JMJ, antes y después de realizada; deseo resaltar que salvo pocas excepciones de algunos que se manifestaron en forma soez e irrespetuosa, otros con argumentos más académicos y de altura pudieron establecer una postura de no creyentes, sin ofender a los millones que sí lo somos. Inclusive, conversando con algunos religiosos meses antes del evento, algunos se mostraban escépticos, porque parecía que no íbamos a poder recibir adecuadamente a tantos visitantes.

Como católico practicante y egresado del Colegio Javier, que precisamente este año celebramos nuestro cincuentenario de graduación, considero que este evento mundial realizado en Panamá, ha sido una bendición. El hecho de contar con un papa jesuita, y que además vive y practica una forma de vida de humildad, a pesar de su investidura, propicia una mayor atención hacia los más necesitados. Paradójicamente el expresidente Pepe Mujica del Uruguay y manifiesto agnóstico es un personaje que también ha vivido una vida de austeridad, y que le ha valido admiración.

Contar con el papa Francisco en Panamá ha sido un privilegio, y debemos dar gracias a todos los que hicieron posible el desarrollo de la JMJ, desde las autoridades gubernamentales, religiosos, la empresa privada y mayormente el pueblo panameño. Todos tuvimos que poner nuestro granito de arena. Yo me siento compensado con recibir en mi hogar a Silvia y Serena, dos italianas que ya han estado en otras jornadas, lo que nos permitió compartir lazos de fraternidad que nunca olvidaremos.

Los seres humanos evolucionamos, y nuestras posturas radicales pueden con el tiempo flexibilizarse. Hace pocos años asistí al sepelio de un amigo cuya familia era marxista. Me conmoví al observar a un hermano exmiembro del PP cuando se acercó a comulgar. Y mucho más, al momento de pronunciar el agradecimiento otro hermano diciendo ‘cuando mi hermano se presente ante el Señor, pasará por una calle de honor y le dirán, pase adelante, camarada'.

En la iglesia de Guadalupe se realizó una eucaristía muy emotiva, en acción de gracias por los participantes en la JMJ, los hogares de acogida y voluntarios. Resalta entre las peticiones, una oración por aquellos que persiguen a la Iglesia, y que la sangre de los mártires los lleve a su conversión.

Ojalá este acontecimiento, irrepetible en nuestro país, produzca profundos cambios en la conciencia de todos nosotros.

DOCENTE UNIVERSITARIO JUBILADO.

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