• 15/12/2024 16:47

La Niña Anita

Hace ya 31 años, el viernes 28 de mayo de 1993, al cumplirse el 106 aniversario del nacimiento de Ana María Moreno Castillo, se develó el letrero de identificación del Hospital Anita Moreno

La voz del viejo campanario de la iglesia de la Heróica Villa de Los Santos llama hoy a todos los santeños, al conmemorar los 40 años de la Ley que dio nombre al Hospital Regional de Azuero, a recordar tanto en sus pensamientos, como conversaciones y acciones, a una de las damas más virtuosas y abnegadas que tenga memoria nuestra historia republicana: Ana María Moreno del Castillo: la Niña Anita.

Después de casi nueve años de reposar en las redes de la burocracia gubernamental, en 1993 , la Gobernación de la Provincia de Los Santos, en aquel entonces representada en la persona de José Encarnación Burgos, rescató la Ley 59 del 26 de diciembre de 1984, propuesta por el representante herrerano ante la Asamblea Legislativa, Dr. Arnulfo Escalona Ríos, mediante la cual se dio el nombre de “Anita Moreno” al Hospital Regional de Azuero.

Hace ya 31 años, el viernes 28 de mayo de 1993, al cumplirse el 106 aniversario del nacimiento de Ana María Moreno Castillo, se develó el letrero de identificación del Hospital Anita Moreno.

En un país donde poco o nada se hace para dar a conocer y honrar la vida y obra de quienes, con humildad y regocijo, entregaron su vida a practicar el bien sin esperar recompensas, el homenaje o el recuerdo a la Niña Anita adquiere siempre especial relevancia. Ello es así por tratarse de una persona que supo conjugar, a lo largo de toda su vida, el más alto significado de las enseñanzas cristianas y el amor al prójimo.

Todo aquel que desde los albores del pasado siglo, santeño o no, recorriera los campos y poblaciones de las provincias de Los Santos y Herrera, tuvo conocimiento de la dedicación, desvelos y protección que brindara la Niña Anita a los pobres del campo, a los enfermos, a los desvalidos.

Nadie puede olvidar su cooperación permanente en las actividades cívicas y religiosas en la Villa de Los Santos. La Semana Santa, San Juan de Dios, las Festividades de María Virgen, Noche Buena y tantas otras actividades que por más de tres cuartos de siglo contaron con sus servicios, al igual que los pacientes del Hospital San Juan de Dios, quienes recibieron sus manifestaciones de bondad infinita.

En nuestra memoria - “espejo donde vemos a los ausentes” - viven presentes tantas imágenes de nuestra infancia y pubertad en los que destacan los recuerdos de quien desde niños nos brindó sus ternuras y caricias, de quien nunca nos negó una sonrisa, que con su lento andar y su rostro celestial, acogía en el calor del hogar familiar las alegrías y tristezas de todos, para convertirlas en oraciones que sólo su bondad infinita podía hacerlas llegar al cielo: la Niña Anita... nuestra Mamá Tía.

Miguel de Cervantes Saavedra nos dice que: “Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos más aventurados” (Cervantes- Trabajos de Persiles y Segismundo, Libro II, Capítulo XXVI).

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