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- 12/04/2013 02:00
Ley y afroantillanos
Un importante debate se ha generado alrededor del anteproyecto de ley que busca reivindicar al negro proveniente de las Antillas que laboró en la construcción del canal.
El planteamiento de fondo es que las banderas de los barcos que transitan por el canal, sean izadas a media asta en señal de luto y de recogimiento por los sufrimientos padecidos y por las vidas de los negros dejadas en la faena de levantamiento de esa importante obra que surcó el territorio nacional para la navegación y el progreso del mundo. No se trata de cualquier realización, como tampoco puede ser intrascendente la fuerza humana que garantizó el éxito de ese proyecto. Desde el esfuerzo francés por construir un canal en la segunda mitad del siglo XIX y fundamentalmente con el canal norteamericano, el negro constituyó el principal asiento humano para la construcción de la vía interoceánica. La inmigración poblacional en esos dos momentos da cuenta que ningún otro grupo humano fue en cantidad más significativo que el negro antillano. El peso, acéptese o no, en la tarea del levantamiento de la magna obra fue justamente de él.
El autor Gerstle Mack escribe en la obra La Tierra Dividida que: ‘Afines de 1881, casi 2,000 hombres, incluyendo técnicos blancos y personal de obra, trabajaban en el canal. En diciembre de 1882, la cantidad ascendió rápidamente a 4,000, un año después a 13,000, y en mayo de 1884 la lista de jornales gremiales registraban más de 19,000... Algunos trabajadores vinieron de Cartagena o Venezuela, otros de Cuba, Barbados, Santa Lucía y Martinica. Alrededor de 550 negros vinieron de Nueva Orleans... Unos cuantos negros se importaron de Senegal, en la costa oeste de África... La más importante de todas las fuentes de mano de obra fue Jamaica, de 12,875 trabajadores que se importaron en 1885, 9,000 vinieron de esa isla’.
Por su parte, Luis Navas Pájaro, en el libro de su autoría El Movimiento Obrero en Panamá sostiene que: ‘Fueron de las islas de Barbados, Martinica, Guadalupe y Trinidad las que aportaron lo fundamental de los trabajadores contratados de Las Antillas. De 1905 a 1907 encontramos la máxima de reclutamiento es esas islas’.
El anteproyecto de Ley que propuso la H.D. por Colón, prof. Irasema Ayarza de Dale, recoge una parte de la reivindicación del negro panameño. Si el país prejuzga al negro discriminándolo y por ello, excluyéndolo, el mundo sí tiene que reconocer los sacrificios sufridos y las vidas dejadas por él. Tiene que saber que ese canal también es negro. Y por ello obligado a testimoniarle sus consideraciones y respetos.
Desafortunadamente las mentalidades alineadas históricamente en contra, jamás podrán ponderar al negro. No escatimarán esfuerzos por el rechazo y por la negación de lo que consideran subordinado en un plano de absoluta inferioridad.
El país ganaría si ennoblece al negro, pero seguirá en la pérdida si continúa ocultando su realidad histórica.
En Colón, tierra de negros, se han levantado voces adversas al anteproyecto de Ley que busca reconocer el luto a quienes dieron su vida por lo que disfruta el mundo: el canal de Panamá. Qué tristeza.
Esto es evidencia clara de la incapacidad a la que lo han sometido, y al peso que tiene la segregación.
*DOCENTE UNIVERSITARIO.