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- 17/06/2009 02:00
El significado de escribir un libro
El poeta Martí decía que “un hombre es completo cuando siembra un árbol, escribe un libro y tiene un hijo”. Fue ese el sentimiento experimentado cuando el 13 de mayo presenté en la Biblioteca Nacional “Las montañas si se mueven”, libro que consiste en una especie de biografía y que relata experiencias de primera mano, sobre todo de los aciagos años de la dictadura torrijista/norieguista.
Varios motivos impulsaron la preparación de estas vivencias. Mi esposa siempre me decía que por ser testigo primario de muchos hechos en años tan difíciles como aquellos, debía plasmarlos en un libro. Mis estudiantes en la universidad, que para el ’89 muchos solo tenían un par de años, desconocen casi todo lo que un grupo osado de panameños tuvimos que hacer para forjar la conciencia nacional e internacional necesaria para dar al traste con un régimen militar de más de 21 años, apoyado casi siempre por los norteamericanos y, con el cuento de los tratados canaleros, sostenido por gobiernos democráticos de América Latina y Europa.
Inicialmente pensé en recopilar los cientos de artículos que he escrito en todos los diarios nacionales y la docena fuera de nuestros lares. Me di cuenta de que el esfuerzo había que validarlo, pero con una narración de los aspectos más importantes de mi vida pública, como mis 42 años en la Democracia Cristiana, otros tantos como estudiante y profesor de la Universidad de Panamá, así como mi relación con los militares —incluso el propio Noriega—, con algunos de ellos ayudé a fraguar el fallido golpe del 16 de marzo de 1987. Mis nueve años en la Asamblea Legislativa y los 15 meses que serví como alcalde de la ciudad de Panamá dan fe de la mística con que los políticos socialcristianos trabajamos cuando llegamos a un puesto público.
Dedico capítulos a dos personajes diametralmente opuestos; José S. Laboa, nuncio apostólico en esos años duros del noriegato, y el banquero Rafael Arosemena, último gerente general del Banco Nacional durante la dictadura. Anécdotas de una vida intensa como político, educador y comentarista radial, donde en uno de ellos leía la especie de correo que una dama que trabajaba en el banco con Arosemena me deslizaba cada mañana debajo de la puerta de mi oficina —a escasos metros del Nacional—. Todo lo que hacía el jefe, con quién se reunía, con quién hablaba por teléfono, era reportado a diario en RPC Radio, lo que originaba pesquisas que nunca fructificaron para agarrar a mi espía.
Anécdotas como ésa y muchas otras se encontrarán en el libro que pronto estará en las librerías panameñas y del que con ansias espero poder hacer una segunda edición agregando lo que se quedó en el tintero. Insto a todos los que vivieron esos años a compartir sus vivencias, como lo han hecho recientemente Chinchorro Carles, Ricardo Arias Calderón, Rosario A. de Galindo y Jorge R. Rosas, para que los panameños se den cuenta de todo lo que costó tener la democracia que tenemos hoy.
-El autor es abogado y escritor.gcochez@cableonda.net