• 12/07/2025 23:00

Mejorar hábitos y evitar rutinas dañinas

En estos tiempos de alta tecnología, desafortunadamente nos estamos reconfigurando para hacer más cosas, pero en detrimento de nuestros cerebros. Nuestro estilo de vida moderno está socavando las vías neuronales y haciéndonos más lentos, más densos y menos capaces de tener pensamientos originales. La hiperconectividad está cobrando cada vez más su precio en nuestros cerebros. Al final, terminamos siendo menos productivos e ineficaces.

Cuando se trata de nuestra salud, no siempre pensamos en nutrir nuestro cerebro de la misma manera que nutrimos nuestro cuerpo. Para ser más productivos, necesitamos mejorar nuestra salud cerebral y evitar cosas que causan deterioro cognitivo. Empecemos por ajustar primero nuestro esquema de hábitos y evitar rutinas que enferman. Por ejemplo, no hacer ejercicios está relacionado con problemas crónicos como enfermedades cardíacas, obesidad, depresión, demencia y cáncer. Muchas personas están demasiado ocupadas para dedicar tiempo a mover el cuerpo y retrasar así el deterioro cognitivo.

Entendamos también que no somos multitasking. Nuestros teléfonos inteligentes se han convertido en una adicción. Los usamos todo el tiempo: enviamos mensajes de texto mientras cruzamos la calle, nos ponemos al día con el correo electrónico mientras comemos, leemos o escuchamos podcasts mientras vamos en el auto, etc., una práctica que reconfigura el cerebro y nos hace menos efectivos. Earl Miller, un neurocientífico del MIT y uno de los expertos mundiales en atención dividida, dice que nuestros cerebros no están conectados para realizar múltiples tareas. Además, la multitarea aumenta la hormona del estrés, el cortisol, así como la adrenalina, la hormona de lucha o huida, que puede sobre estimular el cerebro y causar confusión mental o pensamientos confusos. Y esa adicción a los teléfonos celulares no es más ni menos que un chorro de dopamina inundando nuestro centro de recompensa, creando hábitos obsesivos y conductas compulsivas.

El gran volumen de correos electrónicos, actualizaciones sociales y notificaciones que recibimos en nuestros celulares puede ser abrumador. Y si ese flujo constante de contenido no se gestiona, al final puede causar estrés y provocar una sobrecarga de decisiones. Algunas personas se enorgullecen de cuántas cosas pueden hacer malabares en un solo día. Bueno, según expertos que han estudiado esta materia, quienes intentan concentrarse en varias cosas al mismo tiempo pueden reducir su coeficiente intelectual efectivo en 10 puntos.

Igualmente, estar sentado todo el día es una de las peores cosas que podemos hacer por nuestra salud. Las personas que son más sedentarias tienen enflaquecimiento en las regiones del cerebro relacionadas con la memoria. Reducir la cantidad de tiempo que pasamos sentados no es complicado: caminar moderadamente, estar de pie mientras trabaja, incluso durante sólo 10 minutos a la vez, reuniones de pie ofrecen la oportunidad de sentarse menos, moverse más y realizar reuniones breves.

Hoy en día, las interacciones cara a cara están siendo reemplazadas cada vez más por herramientas digitales. La gente pasa más tiempo que nunca en línea. Las reuniones por Zoom y Team han reemplazado las interacciones personales y cada vez son más la norma. Cualquier cosa con una pantalla (televisión, teléfonos, tabletas, computadoras, videojuegos) constituye tiempo digital. Si la mayoría de nuestras horas consisten en mirar una pantalla, entonces sabemos que tenemos un problema. Una conversación cara a cara es increíblemente beneficiosa para el cerebro. Estar, aunque sea 15 minutos por día en conversación con otra persona mejora la memoria. La falta de una verdadera interacción personal limita las oportunidades del cerebro para hacer mejores conexiones. También puede conducir a la soledad y la depresión, condiciones mentales que contribuyen significativamente a la reducción de la salud del cerebro.

Mirar pantallas todo el día puede dañar los ojos, los oídos, el cuello, los hombros, la espalda, las muñecas y los antebrazos. También interfiere con conseguir una buena noche de sueño, todo lo cual tiene un efecto negativo en las habilidades intelectuales y en el bienestar emocional. Sin duda, hay que establecer límites claros con las pantallas para evitar desarrollar hábitos dañinos. El objetivo no es evitar el tiempo de pantalla por completo, ya que eso no es realista en la vida moderna. Sin embargo, si vas a utilizar un dispositivo, ten cuidado.

Y finalmente, dormir bien no tiene sustituto. La privación del sueño puede tener consecuencias graves a corto y largo plazo, retrasa los tiempos de reacción, los niveles de glucosa, el estado de ánimo, el dolor de cabeza, la memoria deteriorada y los desequilibrios hormonales. Investigaciones recientes muestran que no dormir lo suficiente puede encoger el cerebro.

Si te preocupa la salud de tu cerebro y la calidad de tus pensamientos, aprende a cuidar tu cerebro. Unos simples cambios en tu estilo de vida podrían mejorar tu memoria, aprendizaje, resiliencia mental y la salud mental.

*El autor es empresario
Lo Nuevo