• 30/04/2011 02:00

A mi manera

‘ Genio y figura hasta la sepultura’. Es así como puede describirse la consistencia con que Guillermo Ford B. en vida, y en la memoria d...

‘ Genio y figura hasta la sepultura’. Es así como puede describirse la consistencia con que Guillermo Ford B. en vida, y en la memoria de los que lo conocieron, causó impacto en las relaciones humanas con los demás, hasta el punto de llegar a electrizar los sentimientos de la mayoría de sus compatriotas en especiales momentos. Eso mismo no podía faltar en sus exequias cuando después que Monseñor Lacunza —obispo de David— y Bilito, hijo homónimo del fallecido, hicieron abarcadoras y sentidas exposiciones acerca de su trayectoria y de sus modos —por petición inspirada de alguien de muy cerca del corazón del muerto— el barítono panameño Ricardo Velásquez entonó la canción: ‘A mi manera’.

Esta, además de ser extraordinariamente sentimental, era una de las canciones favoritas del fallecido y describía con mucha justeza su carácter. Hasta los que no lo trataron estrechamente se dieron cuenta de que la canción tenía una gran significación, porque el fenecido no solo poseía un gran temple para luchar por lo que creía justo y para beneficio de las mayorías, sino que era en el ámbito espiritual muy sentimental. Para muestra, el siguiente botón.

Durante el breve período que le tocó encargarse de la Presidencia de la República (11 días) un buen amigo le propuso que invitara a la desde niña pianista, guitarrista y cantante invidente panameña Patricia Vlieg a una visita a la Presidencia para realzar su interés en atender a todas las personas —por cualesquiera razones que fueran— y estimularlas a que siguieran marcando ejemplos de entereza en la vida de la gente.

A la oferta el Gallo Ronco respondió, como un resorte, diciendo: ‘para mañana es tarde’. Él apenas sabía de ella.

La reunión se celebró después de un par de días y a ella asistieron los padres, los abuelos, dos amigos y tres damas relacionadas con los valores humanos de su Despacho, y Patricia le expresó su gratitud por la distinción de que había sido objeto y de su admiración por la conducta que él había asumido en momentos cruciales para la sobrevivencia de la democracia y del bienestar material y espiritual de las grandes mayorías, a lo que él le ripostó que el agradecido era él por haber sido visitado por un ángel y que por momentos como éste era que todo lo hecho valió la pena.

Se dice que el mundo da muchas vueltas y resultó que a Patricia le pidieron cantar y tocar los instrumentos musicales durante la misa por las cenizas en la iglesia del Carmen el día siguiente del funeral de Estado. Una vez más, igual que en la catedral Metropolitana, la iglesia estaba abarrotada de gentes —más que todo por aquellas que no habían podido concurrir al sepelio el día anterior—.

Después de interpretar muchas de las delicadas canciones de su repertorio, en honor al que ya había sido su amigo, cantó de último: ‘A mi manera’.

De más está decir que una vez más el auditorio se conmovió al recordar todo lo ocurrido y por lo que se aplica la frase de la portada del libro que escribió el patriota panameño G. (por gallo de MOLIRENA) Ford Boyd, ¡Valió la pena! describiendo todas las peripecias sufridas por una causa. Y la valió aunque sólo hubiera sido para recibir el agradecimiento de semejante compatriota que estableció con él una relación invisible, pero latente. Por ese sentimentalismo, intensidad y valores humanos, Dios lo bendijo para que descollara, fuera respetado, querido y muy amado. Dio al mundo lo mejor que tenía y puede que no haya sido suficiente, pero, atenido a las máximas de la madre Teresa de Calcuta, lo dio de todas formas. Tal vez su apellido lo describa por todos los gestos que le fueron retribuidos, fue un aFORDtunado... y a su manera.

*EX SUBDIRECTOR DE LA AUTORIDAD PORTUARIA Y EX COORDINADOR DEL BANCO MUNDIAL PARA EL MOP.

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