La bitácora: Trump Tower en la mira

Por estos lares andan dando vueltas unos periodistas de la cadena de televisión NBC haciendo un reportaje del Trump Tower y sus conjeturas sobre la utilización de dinero de lavado de activos para la compra de apartamentos. Las sospechas radican sobre una ex agencia de bienes raíces de nombre ‘Homes', liderada en su momento por un ciudadano extranjero de apellido Ventura. Apartamentos, según sospechan los reporteros, fueron adquiridos por ciudadanos rusos. Que un reportaje de unas operaciones comerciales realizadas hace ya más de diez años sean objeto de una investigación periodística solo puede interpretarse como un proceso de escudriño de las actividades inmobiliarias de quien en estos momentos preside la magistratura de los Estados Unidos de América. Es decir Donald Trump. Para los que residimos en Panamá y estamos por una razón u otra informados es harto conocido que el Trump Tower panameño no es de Donald Trump. Su empresa apenas otorgó licencia para el uso del nombre y asumió en algún momento la administración de este impetuoso hotel y edificio de apartamentos. Un proyecto como el Trump Tower no podría depender exclusivamente del mercado doméstico. Requiere de la promoción y venta al exterior.

NBC ha sido duramente cuestionada por Donald Trump mediante Twitter con amenazas de revisar sus frecuencias de transmisión televisivas. Esto podría ser la razón por la cual una cadena de televisión tan importante en los Estados Unidos como NBC pretenda retar al presidente de los Estados Unidos y confrontar una temática de libertad de prensa.

Pero en el camino seremos utilizados como chivo expiatorio. Saldrá nuevamente el nombre de Panamá como centro donde se lava dinero y cómo el sistema bancario panameño fue penetrado o estuvo en contubernio con criminales financieros de otras latitudes.

Para llegar a esas conclusiones se requeriría una investigación muy profunda para determinar si lo que se pretende difundir tiene méritos para una investigación criminal y aún más para lanzar un poco de lodo a la figura del presidente de los Estados Unidos.

Siempre se ha presumido la objetividad del periodismo norteamericano y la forma como maneja la información y divulga sus resultados. Esta objetividad generalmente se tropieza con la visión que los propios americanos tienen de su propia singularidad ética, su perspectiva del tipo de vida ideal que aspiran y gozan y de su sorprendente claridad en cuanto a su superioridad frente al resto del mundo. Y en eso el periodismo norteamericano no es más que un instrumento de esa convicción. Lamentablemente somos muy adeptos a aceptar los resultados periodísticos americanos como la verdad y sin percatarnos aceptamos sus conclusiones y llevamos a la práctica un reconocimiento implícito de nuestra inferioridad. Y en ocasiones nos convertimos en peones de sus imperiales designios.

ABOGADO