• 11/07/2019 19:52

¿Moral sin religión?

¿Qué realmente buscan? Buscan eliminar en nuestra Constitución toda referencia a Dios. La propuesta viene de un pequeño grupo que se hace llamar “ateo”

Leí un artículo publicado en este diario, “Moral sin religión”, que pretende que en los cambios constitucionales se elimine toda referencia a Dios. Le llaman "Estado laico". Lo incoherente es que Panamá es un Estado laico. El presidente no llama al papa cada vez que toma decisiones. A nadie obligan a ir a misa ni a rezar el Rosario.

¿Qué realmente buscan? Buscan eliminar en nuestra Constitución toda referencia a Dios. La propuesta viene de un pequeño grupo que se hace llamar "ateo", pero que no representa la voluntad de la mayoría de los panameños, porque un Estado sin referencia a Dios solo a ellos complacería. Siempre la religión y el Estado han caminado juntos. Es la unión de lo físico y lo espiritual que todos los seres humanos compartimos. En la toma de posesión del presidente Cortizo estuvieron presentes todos los grupos religiosos. Que la Constitución reconozca que la fe católica es la de la mayoría de los panameños, que el Preámbulo de la Constitución pida a Dios su protección... ¿a quién perjudica? El peligro es lo que se busca en un Estado sin Dios:

Vemos propuestas de “educación sexual” que pretenden enseñar a niños que al nacer "se les asignó un sexo", pero ese sexo es independiente de su identidad sexual, la cual podría escogerse entre muchas orientaciones sexuales, más adelante. Pretenden eliminar la Patria Potestad, derecho de los niños a ser protegidos por sus padres, para lograr que el pequeño sea autónomo en la toma de decisiones relacionadas con su sexualidad (dicen que el término "menor de edad" discrimina al niño). Entregar condones y anticonceptivos a menores que se declaren “sexualmente activos”. Y todo, sin que los padres se enteren.

Para eso, tienen su grito de guerra: la "educación sexual", que en realidad es el adoctrinamiento de los niños en la Ideología de género. Porque a un pueblo sin Dios se le pueden introducir toda clase de leyes sin problema alguno. Y que nuestra Constitución invoque a Dios y ponga como condición a los cultos religiosos, "sin otra limitación que el respeto a la  moral  cristiana  y  al  orden  público" (Art.35) es una piedra que limita demasiado sus pretensiones.

La Constitución es el conjunto de principios, normas y reglas que se dan para establecer un Estado de derecho y cómo este debe proceder. Es ella la que rige todo el ordenamiento jurídico del Estado, y ninguna ley ordinaria pueda estar por encima. La Constitución panameña, revisada el 15 de noviembre de 2004, llevada a plebiscito y aprobada por los  panameños, lo presenta como un Gobierno unitario, republicano, democrático y representativo. (Art.1) Lo ejerce el Estado conforme la Constitución y lo establece, por medio de los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial (Art.2) y además en su Preámbulo, ¡invoca la Protección de Dios para todos los que vivimos en esta tierra bendecida por Dios!

El Código de la Familia, creado en el año 1994, pide que los niños tengan entre sus materias la educación sexual, que se imparte desde aquellos años. ¿Por qué se habla hoy de la necesidad de una “ley de educación sexual”? Porque lo que se busca enseñar está prohibido por nuestras leyes.

Me pregunto ¿para qué queremos un Estado sin Dios? Quienes tienen esas pretensiones deben saber que se enfrentan a una sociedad que cada vez está más consciente del peligro que nos acecha y dispuesta a defender sus derechos de Patria Potestad y a la práctica pública de su fe cristiana, como lo establece, además de nuestra Constitución, el Artículo 18 de la Proclamación Universal de los Derechos Humanos.

En este noble pueblo panameño, donde la inmensa mayoría somos creyentes, y específicamente cristianos, en un país donde la Constitución dice que el poder emana del pueblo. Honorables diputados, señor presidente Laurentino Cortizo, no queremos que en los cambios constitucionales aparezca ni paridad (que privilegia por sexo) ni Estado laico (Estado sin Dios) ni discriminación por identidad sexual, orientación sexual, edad (que elimina la protección del niño), todas estas frases son formas de introducir la temida ideología de género en nuestras leyes. El preámbulo que pide la protección de Dios y el Art. 35 sobre el respeto a la moral cristiana deben permanecer en nuestra Constitución.

Gloria Grifo de Rodríguez
Fundación Vida y Familia

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