Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber
En la plaza toca:
Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...
Recientemente, fuimos invitados a conocer una obra de infraestructura que está lista para ser estrenada por la población de mi querido Chitré, y áreas aledañas. Como miembro del centenario gremio Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), la administración actual de la obra tuvo la amabilidad de mostrarnos el lugar. Acudimos varios profesionales de la arquitectura y de la ingeniería. La Junta Técnica de Ingeniería y Arquitectura (JTIA) es la que regenta las normas sobre todo lo que tiene que ver con el vasto campo de la construcción en Panamá, incluso el Reglamento Estructural Panameño (REP), que, como su nombre lo indica, es la Ley a la hora de construir en nuestro país. Siendo algunos de los invitados miembros de la JTIA, me pareció más que adecuada la invitación. Estamos aquí para velar que las obras, públicas y privadas, se construyan de la mejor manera, vigilando que las inversiones privadas y los impuestos públicos sean utilizados correctamente.
MERCA Chitré es un proyecto que forma parte de los Mercados Nacionales de la Cadena de Frío, cuyo diseño, desarrollo y construcción iniciaron hace varios períodos gubernamentales. Si bien teníamos alguna idea general de qué comprenden dichos mercados, verlos por dentro, al casi 100 % de terminación, ha resultado muy esclarecedor.
Más de 100 locales dispuestos de manera organizada, según los productos que ofrecerán. Pasillos amplios, bien iluminados, con drenajes ocultos que ayudarán a mantener limpio, y estético, el lugar. Todas las áreas internas están climatizadas, para comodidad del usuario. Mobiliario en acero inoxidable que redunda en beneficio de las altas medidas sanitarias del sitio. Cuartos fríos independientes, con controles de acceso, cámaras de vigilancia perimetrales, áreas para artesanías, incluso restaurantes y fondas.
Los productos para consumo humano que se venderán en el mercado deberán pasar inspecciones previas a su ingreso al sitio. Esto asegura una alta calidad de lo que se ofrecerá. Carnes, pescado, marisco, frutas y verduras, vegetales de todo tipo y productos regionales colmarán las estanterías y anaqueles de esta gran vitrina del productor nacional. Será como un “Mall” del Productor y el Artesano. Me ha parecido genial.
Aunado a todas las bondades mencionadas, cuentan con sistemas contra incendio de primer mundo y sin cargar el ya golpeado sistema público del Idaan, pues tienen sus propios pozos de agua. Como si fuera poco, han implementado paneles solares que generarán hasta un 60 % de la energía necesaria de las estructuras, asegurando áreas comunes y seguridad, mientras, de manera paralela, bajan la tarifa de cobro de la pésima empresa que distribuye la energía por acá. Casi se me calienta la cabeza, pero ese es otro asunto pendiente. No nos desviemos.
Mientras nuestros guías nos explicaban cada detalle en el “tour”, no podía más que imaginarme el bien que aportará semejante obra a nuestra región interiorana, olvidada desde siempre por todos los Gobiernos, a pesar de que muchos de los que han liderado al país provienen precisamente de estas áreas. Políticos, no patriotas. En fin.
Los encargados en sitio de Merca Chitré han trabajado de manera ardua para poder llevar las obras a este punto de terminación. Mis aplausos de pie. Profesionales de su categoría son la clase de funcionarios que necesitamos, y que merecemos en Panamá.
Como Inspector “ad honórem” de la JTIA, parte de mi labor es bailar con la más fea, así que debo señalar que hay detalles que pudieron hacerse mejor. Resulta casi injusto, y muy fácil, ver los errores después de que una obra esté terminada. Para empezar, estos diseños fueron importados desde España. Teniendo profesionales de altísimo nivel aquí, conocedores de la idiosincrasia nacional, quienes pudieron prever algunos asuntos que en España jamás comprenderán. Las entradas de carga se quedaron muy pequeñas, faltan carriles de desaceleración en las vías principales para apoyar la entrada y salida de camiones. No vimos áreas designadas para paradas de buses en la plaza frontal, que sería el acceso principal al mercado. Si bien el mercado se pensó, creo, para un uso mayoritario de personas que llegarán a pie o en transporte público, se quedó muy corto en plazas de estacionamientos. Eso lo habría sabido un panameño a la hora de diseñar.
En resumen, MERCA Chitré es una gran obra, pero es una obra tardía. Nada tiene que ver con las personas a cargo actualmente. Son, en gran manera, ellos los responsables del avance que se ha logrado hoy. Los que dañan todo son los de siempre. No es secreto para nadie. Lo que sí es un secreto, al menos para mí, es cómo siguen saliendo electos.
Si en Panamá los impuestos se utilizaran de manera correcta, muchas obras como MERCA Chitré ya estarían brindando sus servicios a una población que los necesita de manera urgente. Toda obra que genere trabajo sostenible, que impacte de manera amigable al medio ambiente, y que además genere desarrollo socioeconómico para una región es una buena obra. No son los Gobiernos los que hacen las obras. ¡Las obras se hacen con el dinero de nuestros impuestos! Cuando entendamos esto sentiremos la cachetada que es ver cómo ponen sus nombres los parásitos del erario en casetas, buses y hasta calles.
La SPIA, la JTIA, y el REP están aquí para ayudarnos a todos. La Ley 15 establece, entre otras cosas, que las construcciones tienen que ser gestionadas y supervisadas por profesionales idóneos, para asegurar que desde su concepción hasta su entrega la calidad sea la norma, en beneficio del usuario final, los ciudadanos. Involucrar al gremio que rige la construcción en Panamá en los proyectos desde su inicio no es un protocolo, es una necesidad. Ver politicuchos criollos con cascos en las obras es la causa de que sigamos esperando la apertura de una obra cuya Orden de Proceder se otorgó en el 2013. Ni hablar del Intercambiador a Desnivel.
Cuando saquemos las sucias manos de la política de las obras, Panamá crecerá.
Dios nos guíe.