• 29/04/2009 02:00

¿Oligarquía?

Comúnmente usamos la palabra “oligarquía” para referirnos a otros gobiernos, excluyendo al de nuestro agrado, tales como los que pululab...

Comúnmente usamos la palabra “oligarquía” para referirnos a otros gobiernos, excluyendo al de nuestro agrado, tales como los que pululaban antes del golpe policial de 1968 o que son de oposición. Oligarquía es el ejercicio del gobierno por una minoría y es muy fácil confundirla con la democracia. La diferencia está en el grado de participación real que tengan los ciudadanos en su gobierno; de manera que mucho cuidado cuando la paila acusa de negro al sartén.

Todos los gobiernos en Panamá han sido oligárquicos y en particular la dictadura militar fue una oligarquía, y para que dejen de serlo, se requiere que el gobierno sea limitado y existe un verdadero Estado de derecho. Por supuesto que toda sociedad necesita un gobierno, pero el asunto es cuánto. El “cuánto” está instituido en nuestra Constitución política que todos los gobiernos compiten por pisotear. La Constitución existe con el fin de “limitar el poder de los gobiernos”, pues, de lo contrario, llegan al exceso, como bien sufrimos por veinte años, y que no se ufane el resto de los gobiernos que hemos sufrido.

Pero más siniestro es cuando la propia Constitución la hemos torcido a bastardos intereses, y cualquiera que la lee con cuidado desprendidamente verá sus defectos y excesos, los cuales son reflejo de esas ansias desmedidas de poder central. Los panameños decimos que tenemos una “república”, pero.. ¿cómo hemos de tener una cosa que ni su significado conocemos?

¿Cómo sabemos cuando un gobierno está excedido? Cuando: los diputados gozan de exagerada inmunidad; se reparten gastos; reparten subvenciones; le tiran la toalla a unos y no a otros; no se corretea a los corruptos; las instituciones son corruptas, tales como el transporte, salud, educación, justicia y más; los impuestos son exagerados; no se puede andar por la calle sin temor a ser víctima del crimen; los funcionarios parecen empresas alardeando sus obras y virtudes; los diputados legislan lo que se les ocurre y no lo que es derecho. Espero que ya vayan entendiendo.

No votemos por quienes ofrecen un: “yo te ayudo”, sino por quienes tienen el coraje de decir aún las cosas que no queremos escuchar. Votemos por quienes se comprometan a hacer cumplir las leyes; por el político que ame más a su país que a su popularidad; votemos por quien no busque la reelección, sino la corrección de tanta vagabundería.

-El autor es empresario.jbennett@cwpanama.net

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