• 25/04/2016 02:00

¿Resistiría Panamá los embates de un tsunami económico?

Hay que admitirlo, ‘no hay peor ciego que el que no quiere ver '

Hay que admitirlo, ‘no hay peor ciego que el que no quiere ver '. En el mundo se están viviendo grandes cambios, en los tiempos del zika, ya que ningún país es ajeno a lo que sucede más allá de sus fronteras.

Para bien o para mal, estamos en un mundo globalizado, donde todos los países estamos en una especie de red; donde el desespero y agitación de unos, tuerce, aprieta y asfixia a otros.

Prueba de ello es el turismo, uno de los mejores indicadores de cómo anda la economía global, pues cada vez que hay una crisis, los primeros en desaparecer son los turistas.

Con respecto a ellos, el clamor general en ‘la industria sin chimeneas ' en Panamá habla de una disminución de un 4 % en el número de extranjeros que ha viajado a nuestro país, al comparar el mismo periodo, pero del año 2015.

Tomando dicha baja como indicador de que estamos recibiendo los primeros golpes de las ‘olas ' de crisis originadas allende nuestras fronteras, seríamos tontos si no nos damos cuenta de que algo pasa. Y peor aún, si no nos preparamos para resistir el tsunami que se nos viene encima.

Otro claro indicio son los indicadores de la maltrecha Zona Libre de Colón, los cuales muestran una contracción del 28.7 % durante los primeros dos meses del presente año, al compararlos con el pasado.

En Panamá somos muy propensos a ese optimismo tan caribeño, causado quizá por ese sol tan benigno y radiante que nos hace basar todas nuestras estrategias en un clásico muy panameño.

Y no hablo de aquel del fútbol nacional entre el Tauro FC y el Plaza Amador. Me refiero al ‘Ya veremos qué hacemos '.

Abrazamos con entusiasmo aquello de que somos país de comercio y de servicios, pero no profundizamos al respecto.

Nos resistimos a creer, en una mortal negación de la realidad, que cuando por allá se resfrían, por acá estornudamos.

Y peor aún, dedicamos tiempo, recursos y esfuerzos a seguir con nuestra versión criolla de ‘Juego de Tronos ', en la cual nos dedicamos a serrucharle el piso al oponente político; a echarle la culpa al Gobierno anterior por nuestra pereza para gobernar; a seguir apelando a la corrupción para comprar lealtades y a recurrir al juegavivo en la Asamblea. Seguimos, con egoísmo, pendientes de nuestro árbol y dejamos de preocuparnos por el bosque.

¿Y para qué? Para perpetuar un sistema que ha hecho rico a muchos, pero pobres como Nación a todos.

Dejemos de buscar la fiebre en las sábanas y comprendamos que estamos ante el asomo de una posible crisis que podría remecer los cimientos de nuestro vital centro bancario, con lo cual experimentaríamos un mortal ‘efecto dominó ' en toda nuestra, ya de por sí, golpeada economía doméstica.

En toda crisis hay factores internos y externos. Hagamos nuestra parte y así aseguraremos mejor nuestra supervivencia como país próspero y de avanzada. ¿Nos lo permitirá nuestra miopía política?

GERENTE DE VENTAS.

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