• 17/02/2010 01:00

“Indulto a Posada la más deleznable inmoralidad...”

El indulto concedido por la ex presidenta Mireya Moscoso al confeso terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles “fue quizás la más ...

El indulto concedido por la ex presidenta Mireya Moscoso al confeso terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles “fue quizás la más deleznable de las inmoralidades cometidas por un gobierno que ya enfrentaba múltiples acusaciones de corrupción”, sostiene el ex embajador de Cuba en Panamá, Carlos Zamora.

La sentencia está en el prólogo del libro “ Conquistar la Justicia. A propósito de terrorismo: Luis Posada Carriles ”, editado por Anabel Aragón en 2006 y que recientemente llegó a mis manos. Zamora era en agosto de 2004 el representante diplomático de Cuba en Panamá, en los días en que se produjo la decisión de liberar de la cárcel a Posada Carriles, condenado por el frustrado atentado contra la vida de Fidel Castro en el Paraninfo de la Universidad de Panamá, a raíz de la Cumbre Iberoamericana de Mandatarios.

Zamora afirma que el “ indulto ” de Moscoso a los terroristas Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Remón Rodríguez, fue una decisión ilegal, y agrega que “ solo una figura desgastada moralmente, dependiente del apoyo de las autoridades estadounidenses y de los sectores cubanoamericanos que dominan la política de Miami, sería capaz de un acto de tal naturaleza ”. Añade que el 26 de agosto de 2004, fecha en que se produjo dicho, acto estuvieron “ de fiesta ” la infamia y la traición.

Zamora revela también la forma en que se preparó la salida del país de los condenados y señala que la orden de los comandos protectores de los terroristas era “ disparar a matar ” si sectores populares trataban de impedirlo. El plan incluía, expresa el diplomático, culpar a la inteligencia cubana y acusar a Cuba de atentar contra la soberanía panameña.

“ Ni siquiera los elementos más reaccionarios del país respaldaron la actuación de Mireya Moscoso, pues se sintieron engañados por una decisión inconsulta que consideraron servil, políticamente perjudicial y moralmente indefendible ”, agrega. Cuando el gobierno cubano denunció el hecho “ en lugar de rectificar, la reacción de Mireya Moscoso fue de iniciar una campaña contra Cuba, que incluyó mi expulsión de ese país ”, indica Zamora.

Al término del prólogo, con fecha de diciembre de 2004, Zamora dice que Moscoso y sus colaboradores sabían que iban a necesitar protección de EE.UU. y la “ compraron ” a costa de la seguridad y el prestigio del Estado panameño. “ Se lo había advertido en persona Otto Reich, un funcionario cubanoamericano de la administración Bush. El gobierno estadounidense sería implacable con los gobernantes corruptos de América Latina. Salvo —claro está— que otra cosa aconsejaran “los intereses de los Estados Unidos”. En ello radica la moral de estos tiempos.. y la Moscoso puede ser “monja” en el convento de los yanquis ”, concluye.

*Periodista. fuenarroyo@hotmail.com

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