Las acciones de la Contraloría se dan tras más de un mes de huelga en el sector docente que arrancó formalmente el pasado 23 de abril

Según el Diccionario de la Lengua Española, la palabra subversión significa: Acción y efecto de subvertir, rebelión, levantamiento, alzamiento, sedición. La misma fuente define la extorsión como presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener dinero u otro beneficio. En actividades sindicales y de partidos políticos estos léxicos son la mano izquierda y la mano derecha, se complementan revoltosos y provocadores buscando dialogar con el extorsionado en la barricada, en el callejón, en una embajada extranjera, nunca en terreno neutral. Para el secretario general del sindicato, la contraparte es su mismo subsecretario o un empresario que no afloja la tuerca. En el partido político, el presidente lucha contra el copartidario que conspira para tumbarlo, el ministro contra los educadores, el director del Seguro contra los médicos, los diputados y el contralor. De moda por años, este país ha compartido, soportado y sufrido gobernantes oportunistas que más pronto que tarde pagan con escarnio y cárcel la ceguera de confundir la caja registradora del Estado con la del supermercado. Esta enfermedad también afecta a sindicatos que roban las cuotas de sus obreros y empresas contratistas que al hijo de Lole entregan cash el 10 % del contrato oficial; de estos enredos no preguntes a Saúl, que nada sabe.
Enmudeces de incredulidad si lees nuestro Código Penal, Libro II, Título IX definiendo y señalando castigo contra ciudadanos particulares y funcionarios metemano que cometen abusos y delinquen contra la seguridad colectiva del pueblo. Te asombrará saber que nuestra dura ley castiga al delincuente que financia o provoca huelgas o paros ilegales y compra pandilleros disfrazados de estudiantes. También delinquen los manifestantes que rompen cabezas y trancan vías públicas impidiendo libre circulación del ciudadano, hay cárcel por detener la ambulancia con el moribundo a bordo y paga prisión el tirapiedras junto con el que trajo la bolsa de cascajo. Agregue a la lista los que rompen autobuses, lanzan bombitas, encienden llantas frente a La Merced. También es delito la difusión de falsedades por teléfono, altoparlantes y diarios, incluyendo el chat de internet.
Y sin exageración, conforme a nuestra ley penal, la mitad de los alzados debería estar en Coiba. Desde el año 1990, cuarenta y cinco años mandando el Suntracs con los eternos personajes Genaro López y Saúl Méndez acompañados por los bananeros de Changuinola, después vienen los educadores que ya olvidaron dónde queda la escuela y siguen otros que olvidaron el estetoscopio, pandillas tirapiedras y los chicos de Viejo Veranillo que salvan el día cobrando peaje (la tarifa de Donald). En San Félix no entran a la cárcel los que rompen la carretera Panamericana, son indígenas que ¡Dios mío!, no saben lo que hacen; a los de Changuinola olvídalos, son peor que avispas africanas, déjalos en paz. La otra mitad de los sediciosos está asilada en Júpiter, la embajada de Bolivia, Nicaragua o Colombia.
Si te parece bien, puedes perdonar a los agitadores profesionales que tras la fachada de reivindicaciones sociales ocultan sus intenciones de sepultar el sistema de gobierno democrático para sumergir este país en el guacho extremista que en nuestro continente americano tiene arrodillados a pueblos hermanos como Nicaragua, Venezuela Ecuador, Bolivia. En estos países los mandamases siempre se reeligen porque solamente puedes votar con la papeleta fidelista de Cuba, 68 años mandando un pueblo sojuzgado y marchito. En la Nicaragua de Ortega/Murillo, semanas antes de las elecciones, los candidatos opositores van presos y en Venezuela Chávez murió en el poder y su heredero desde el 2013 es Nicolás Maduro, cantando y contando...
La maldad se contagia, es penoso mencionar que también nuestro Panamá sufre la confrontación de carteles del bajo mundo enquistados en sindicatos, asociaciones deportivas, ciertos partidos políticos marcan en rojo la corrupción, extorsión y subversión. Pelar el ojo, en barrios bien y barrios marginales, en tu propia ciudad la TV relata redadas de la policía persiguiendo el contrabando de armas y drogas, prostitución, balaceras, secuestro, loterías chimbas. Viene lo mejor de lo peor, el gatillero que mató al paisa escapó en un taxi robado, murió al chocar contra un poste de luz. Nada bueno se perdió, uno de los muertos tenía récord policivo y al otro lo andaban buscando por vender pichi en el vecindario y robar el minisúper de Chi-Wa. Desde las alturas que marean, personajes conocidos han caído de golpe por sus actos delictivos y están pagando con el escarnio y el exilio, los más tontos sufren prisión, pero bajo cuerda se alegran porque después de que los indulten van a desenterrar el maletín verde y se mudan para Italia; no dejemos en el manto del olvido a don Chichí. Fin