• 04/09/2008 02:00

Ante un nuevo reto

Hace tres días asumí un nuevo reto en mi vida política y profesional: la Presidencia de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional de Di...

Hace tres días asumí un nuevo reto en mi vida política y profesional: la Presidencia de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional de Diputados, sobre todo en esta época en que iniciamos la recta final del periodo de sesiones de la presente administración, que entró en funciones en el 2004 y que culminará en el 2009, o sea, el próximo año.

Definitivamente que será una época de intenso trabajo, porque, particularmente se tratará de un momento sui géneris, si tomamos en consideración que es el preámbulo al desarrollo de los comicios electorales a través de los cuales escogeremos a nuestras autoridades de corregimientos, alcaldicias, circuitales, nacionales y del Parlamento Centroamericano.

Como soy una persona de fe, tengo la seguridad de que, en conjunto con el resto de los diputados y diputadas, nos esforzaremos en llevar adelante la serie de compromisos que como primer Órgano del Estado nos compete, con los mejores objetivos para continuar adecuando al país las legislaciones para que prosiga su desarrollo, sobre la base de un verdadero Estado de Derecho.

Mi interés, como lo he hecho durante los años vividos, es el de contribuir a lograr la unidad en el ámbito laboral, político, o simplemente en calidad de miembro de una sociedad, de allí que en esta oportunidad así será la mecánica de trabajo, porque de todos es sabido que la Asamblea Nacional de Diputados es el foro político por excelencia, en el cual convergen todas las corrientes del pensamiento político, e intelectual en general.

Panamá ya está posicionada en niveles de competitividad en las distintas esferas globales, así como en el progreso de su democracia, y allí está la labor legislativa que se ha desenvuelto en concordancia, y eso es algo que no se puede frenar. Todos los integrantes de este Órgano estamos comprometidos en esa dirección, para beneficio del país.

No quiero hacer hincapié en uno solo de los temas pendientes en la agenda de trabajo para el presente periodo, porque todos merecen la discusión, revisión y ampliación que se requiera, de acuerdo con las necesidades de la Nación y su gente. Hacia esa dirección me corresponderá encaminar los esfuerzos en las Comisiones de Trabajo y en el pleno.

Lo importante es que mi reto personal está basado en el trabajo con pasión, determinación y enmarcado en los principios democráticos que siempre he respetado. Panamá cuenta con una sociedad moderna, tal y como son los requerimientos de la plena democracia, y la Asamblea Nacional, en su calidad de primer Órgano del Estado, tiene que hacer honor a estos principios.

Tal y como lo mencioné en el discurso de toma de posesión, he acudido a mis convicciones, como es mi proceder, para pedirle al Todopoderoso la iluminación efectiva para poder discernir y actuar con sabiduría, humildad y equidad. La vida es un constante aprendizaje, del cual extraigo lo positivo y aquello que le lleva el bien a las personas, porque es la mejor conducta para sentirme bien con Dios, conmigo y con el resto de los congéneres.

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