• 12/03/2022 00:00

Salud para la prosperidad

“[...] , es necesario exigir un mayor accionar en las políticas de promoción de salud, ya que tendrán un impacto en el desarrollo del país”

La promoción de la salud juega un papel importante, ya que permite a las personas comprender sobre su condición y sus principales vinculaciones. Esto debe partir de una serie de estrategias que tengan como objetivo una población más sana y que alcance a contribuir en disminuir las consecuencias y altos costos de las enfermedades.

Esto se puede lograr mediante la ejecución de políticas públicas que aborden los diferentes ejes, tales como: bienestar social, crecimiento económico, educación de calidad, desarrollo laboral, espaciamiento, sana alimentación y propiamente un sistema de salud digno. Esto será determinante en las diferentes etapas de vida de cada ser humano.

Esta premisa se pone en práctica utilizando los enfoques participativos; trabajando de la mano con las comunidades, organizaciones sociales, el sector privado, y el conglomerado de instituciones que trabajan juntas para crear condiciones que aseguren el mejoramiento de la salud y el bienestar para todos. En términos más simples, promover hábitos y espacios que favorezcan entornos de vida saludable.

Estos modelos se deben abordar desde nuestras escuelas, comunidades, lugares de trabajo y las instituciones encargadas en la promoción, difusión y la puesta en marcha de todas estas acciones- por ejemplo, un sistema que asegure el acceso a servicios de salud, la realización de ferias para la detección y control de enfermedades o la realización de campañas que fomente las actividades físicas públicas.

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes por enfermedades no transmisibles (17,9 cada año), seguidas del cáncer (9,0 millones), enfermedades respiratorias (3,9 millones) y la diabetes (1,6 millones), a nivel mundial. El consumo nocivo del alcohol y el tabaco aumentan el riesgo de morir a causa de una de estas enfermedades.

Es necesario establecer iniciativas que permitan eliminar las grasas “trans” y exigir que el contenido de esas calorías aparezca en los restaurantes de comida rápida, sensibilizar sobre el consumo de frutas y vegetales, realizar periódicamente las ferias para la atención de la salud, sancionar ejemplarmente a quienes atenten contra el cuidado del ambiente, potenciar los programas para la atención de la salud mental, además de hacer las calles y las avenidas espacios más seguros para la realización de actividades físicas y la utilización de bicicletas como medio de transporte y principalmente por sus grandes beneficios en la salud y en la protección del planeta.

En este sentido, la contaminación del aire es uno de los mayores riesgos de la salud mental y es una de las principales causas de enfermedades y muertes a nivel mundial. En los países en vía de desarrollo, este tipo de contaminación tiene grandes repercusiones en los niños, mujeres y adultos mayores, y, en especial, a las poblaciones de bajos ingresos expuestas a la degradación ambiental.

Por tanto, es necesario garantizar un ambiente sano y limpio, y a su vez potenciar un desarrollo responsable que repercute en la calidad de vida de las personas.

En consecuencia, es necesario recuperar los espacios públicos para que las personas tengan mejores oportunidades para la realización de actividades deportivas, más espacios verdes, con un sistema de transporte menos contaminante, menos ruidoso y con bajos niveles de polución, esto debe ser una prioridad para promover ciudades diseñadas para proporcionar la salud y el bienestar a través de una mejor calidad del aire, la restauración y reducción del estrés, el fomento de actividades lúdicas en los niños y niñas y la interacción social.

La irrupción de la COVID-19 es un desagradable recordatorio de lo mucho que importa la salud de las personas, la sociedad y la economía global. Y ha puesto en evidencia el debilitamiento institucional de las instancias de salud locales.

Con todos estos datos señalados, es necesario exigir un mayor accionar en las políticas de promoción de salud, ya que tendrán un impacto en el desarrollo del país. El empoderamiento y formación de una sociedad consciente, informada y con los conocimientos necesarios es la mejor receta para la prosperidad de una sociedad exitosa.

Educador y promotor social.
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