Tango en noneto

La música orquestal logró, desde hace varios siglos, adecuarse a las características de la audiencia, las costumbres, el repertorio, así como a la disponibilidad instrumental. Por esa razón, en Italia pudieron desarrollar una modalidad para ampliar las posibilidades de las agrupaciones de salón y crearon la camerata, conjunto que modifica los formatos de aquellas y cuyos músicos son en esencia, de formación clásica.

En el extremo sur del continente americano, de una migración italiana numerosa, entraron a ambas orillas del río de La Plata esas influencias; allí recogieron y asimilaron la riqueza rítmica local y se adaptaron a una instrumentación de cámara para explorar otras variables, pero con un sentido local y desde el estilo de sus compositores que, con un amplio repertorio, supieron brindar un panorama propicio para el trabajo sinfónico.

Se dice que Astor Piazzolla pidió a Marcelo Rodríguez Scilla trabajar para armar un conjunto de tipo camerata, con la finalidad de vigorizar aquello que se producía diariamente, pero desde la perspectiva de grupos más modestos. La idea era darle mayor sonoridad por el fortalecimiento de la base orquestal, una nueva dimensión que cambiara los rudimentos y estableciera mayor formalidad.

De esa manera nació la Camerata Porteña con una modalidad instrumental de noneto y con un equipo que consiste en cuerdas, teclados, saxofón y a partir de esta base, se crean las interpretaciones y se adentra en la atmósfera costera bonaerense para sacar a flote la bohémica evocación de su sentido brumoso, su oscuridad con aroma marino y las cómplices relaciones que se gestan en sus días y noches.

El sonido que emana de este tipo de orquestación es especial. Cuando se involucra en el tango o la milonga, la mezcla da mucha fuerza al conjunto que acompaña al bandoneón como una especie de amplia caja, cuyo fuelle encuentra una resonancia que emana con múltiples sensaciones que van desde la delicada agudeza del violín, hasta el metálico soplo del saxofón, mientras reverberan las cuerdas del chelo, el contrabajo en el fondo y un piano que amalgama todo.

Los discos y presentaciones que no se detienen, han permitido a esta entidad artística proyectarse a escala mundial. Estuvo en Panamá hace unos años y recientemente le escucharon en Moscú y otras ciudades rusas. Este jueves actuará en el Ateneo de la Ciudad del Saber, bajo la conducción esforzada de World Music Panama 2016, con la finalidad de exponer su más reciente trabajo y aquellas composiciones que le han hecho famosa.

Basta leer los comentarios en la prensa internacional para comprender el alcance de la fama de este consorcio musical. Su calidad y obras publicadas demuestran que la aspiración de Piazzolla se ha cumplido y ese acervo propio de los argentinos y uruguayos y la multiplicidad de sus variantes, se recoge y adquiere un carácter universal por la unidad que le brindan estos nueve ejecutantes cuando acogen cada pieza y le dan su tratamiento característico.

Sus discos hablan por ellos; así como la repercusión de los conciertos. La Suite el Ángel vive, rinde homenaje al ilustre maestro. También tienen Inflación cero y Buenas noticias de Buenos Aires. Allí está contenida la experiencia que les hace circular entre la música clásica y los sentimientos del tango y otras manifestaciones presentes en esa cultura argentina. Sus integrantes participan en orquestas sinfónicas de su país.

Visitarán Panamá en momentos que coinciden con su fase de producción de nuevos trabajos y esto garantiza una presentación muy variada con material ya conocido, pero también con sus propuestas recientes que abren una etapa en que han de enfrentar a un público que requiere de innovadoras formas de fusionar los sonidos y producir otras sensaciones. Compartamos la oportunidad de escucharlos.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.