• 16/02/2024 00:00

Un nuevo líder

El nuevo presidente deberá nadar muchas veces a contracorriente en la retórica popular, y diseñar un papel más dinámico, con estrategias en firme para que el Estado pueda promover el crecimiento económico

Después de haber acompañado al pueblo salvadoreño en la elección de Nayib Bukele como su presidente para el quinquenio 2024-2029, y de enterarme de la condena en firme de señor Ricardo Martinelli, que lo imposibilita para que pueda optar por el cargo de presidente a la República de Panamá, considero que los panameños nos encontramos en una disyuntiva y nos preguntamos: ¿Qué características debe tener el nuevo presidente de nuestro país, o sea el empleado público más importante de la nación?

Estoy convencido de que el nuevo presidente de la República deberá nadar muchas veces a contracorriente en la retórica popular, y diseñar un papel más dinámico, con estrategias en firme para que el Estado pueda promover el crecimiento económico.

En varias ocasiones, la inversión transformadora es pública, basada en una estrategia a corto y mediano plazo, como, por ejemplo, el desarrollo de una carretera por el caribe panameño, desarrollaría una de las regiones más importantes del país y abriría importantes mercados para potenciar el perfil logístico de nuestro país.

El Estado deberá incorporar un departamento de comunicaciones hacia el extranjero, para así evitar la desinformación que tanto daño nos hace, a nivel mundial de lo que acontece en nuestro país.

El nuevo presidente deberá diseñar un nuevo Estado que sea emprendedor, proactivo, con objetivo en la disminución de la pobreza, un Estado panameño interconectado con el mundo y asumir el rol de ser el gran promotor del país.

El nuevo presidente deberá asumir un papel de mediador entre intereses de familias acaudaladas que quieren hacerse más ricos a través de poca inversión dentro del país y vender a precios exagerados, a costilla de los panameños o de inversiones de dudosas reputaciones; alejando a empresas norteamericanas de gran renombre de Panamá.

El nuevo presidente deberá ser gran promotor de la investigación, de la innovación y un gran inversor en investigación para el desarrollo.

El perfil del nuevo presidente deberá fomentar una banca para la micro y pequeña empresa, ya que el Estado es el único que puede asumir este riesgo que necesitan estas empresas para crecer. La responsabilidad a la banca local es un error, está para crearle valor a sus inversionistas, no para respaldar a los productores o al pequeño y microempresario. Veamos el siguiente ejemplo. Si no fuera por el gobierno de Estados Unidos, no existiría Microsoft, tampoco Apple, porque estas grandes empresas tienen políticas claras para desarrollar la innovación.

El nuevo mandatario deberá reconstruir la seguridad jurídica en los mercados financieros internacionales, haciendo a Panamá una plaza atractiva para la creación con nuevos modelos de sociedades de inversión privada, fomentar el establecimiento en el país de fondos de capital de riesgo; fomentar los mercados bursátiles y fomentar la creación de empresas tecnológicas en el país Panamá.

El Panamá de ayer no es el mismo de hoy; tenemos el riesgo del Canal de Panamá y la falta de agua representa una gran preocupación por el servicio internacional que ofrecemos.

Necesitamos un nuevo liderazgo, pero con capacidad y experiencia, que sepa sumar voluntades, y, sobre todo, que sepa que Panamá requiere de un cambio de modelo, pero en paz y sosiego y que incluya a todos los panameños en la ruta del crecimiento sin ser excluyente de ningún sector todo suma para y por Panamá.

El autor es abogado
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