• 11/12/2014 01:01

Urgen políticas de regulación y empleo

Esta política resultó contraproducente, ya que se olvidó de lo más importante: Un plan para la recuperación del sistema capitalista

Urgen políticas de regulación y de empleo en Panamá. Hay que aprender de la crisis del sistema capitalista que se inició en 2008, con el colapso del mercado inmobiliario en EE. UU. Los estudiosos del capitalismo coinciden en plantear que el principal promotor de la crisis fue la desregulación del sistema financiero.

Como solución para los capitalistas, las entidades financieras internacionales presionaron a los países europeos para que aplicaran políticas de austeridad económica. Este tipo de política se basa en el aumento de los impuestos que pagan los trabajadores (así como las capas medias) y la reducción del gasto público (servicios que el Gobierno les presta a los trabajadores), con el objetivo de asegurar que los países deudores paguen sus compromisos. De este modo, los especuladores, compradores de deuda e inversionistas, no pierdan la confianza en esos Estados llevados a la bancarrota.

Esta política resultó contraproducente, ya que se olvidó de lo más importante: Un plan para la recuperación del sistema capitalista. Esto podría lograrse fortaleciendo la capacidad de compra del Estado, generando más actividades y aumentando el poder de compra de empresarios y trabajadores. Otra alternativa era crear más empleo, provocando nuevas actividades empresariales. A diferencia de América Latina (cuyos problemas veremos enseguida), Europa solo podía escoger este camino si buscaba financiamiento externo o ponía la máquina para hacer dinero a trabajar más rápido.

En el caso de América Latina, en ese período se dieron dos fenómenos de manera simultánea.

En primer lugar, la mayoría de los países comenzó nuevamente a producir ciertos rubros que en forma creciente eran adquiridos por la industria china en plena expansión. Este intercambio favoreció las economías latinoamericanas que gozaron de superávits significativos. En muchos países de la región, China se convirtió en el principal socio comercial. En Argentina, Uruguay y Paraguay, la exportación de soya se disparó. En Chile y Perú, los minerales eran muy cotizados por el mercado chino. En Venezuela y Ecuador, el petróleo se convirtió en un rubro estratégico en el comercio con Oriente. Brasil se volvió un proveedor de exportaciones agromineras y manufactureras.

En segundo lugar, muchos países de América Latina se convirtieron en receptores de inversiones extranjeras. Nuevamente, China se puso a la cabeza, invirtiendo en actividades agromineras, logísticas y financieras, entre otras. Incluso, China invertirá 40 mil millones de dólares en el Gran Canal de Nicaragua.

En el caso de Panamá, su relativa prosperidad en los últimos seis años es el resultado de su posición geográfica: El Canal de Panamá, zonas francas y puertos (ambos situados en las entradas del Canal de Panamá: Balboa en el sur y Colón en el norte). Igualmente, se ha convertido en un centro (hub) bancario.

En menos de diez años, las inversiones directas extranjeras se han duplicado. Entre 2011 y 2013, pasaron de 24 mil millones de dólares a 32 mil millones. EE. UU. sigue teniendo los inversionistas más grandes operando en Panamá: Con 4.3 mil millones de dólares en 2011, pasó a 5.5 mil millones en 2013.

El crecimiento más espectacular han sido las inversiones directas de Colombia, que pasó de 2.5 mil millones en 2011 a 4 mil millones en 2013. Reino Unido, Suiza, España y África del Sur, todos superaban los 2 mil millones de dólares en inversiones directas en 2013. La pregunta obligada es ¿cuál es el origen de estas inversiones multimillonarias?

Se especula que gran parte de las inversiones llegan a Panamá escondiéndose de los Gobiernos que andan detrás de su pista. Es decir, son fondos que quieren ‘lavarse’. Esa es la acusación —que es negada por los banqueros locales— de la OCDE, ‘aguacil’ de las grandes economías mundiales.

¿Qué pasará cuándo se desaceleren las economías emergentes o las empresas trasnacionales que buscan ‘lavadoras’ son disciplinadas por sus Gobiernos?

Según la CEPAL, América Latina ya se encuentra deslizándose hacia el estancamiento. A su vez, los gobernantes panameños despilfarraron la oportunidad para invertir productivamente más de 25 mil millones de dólares —resultado del traspaso del Canal de Panamá— que pasaron por sus arcas en los últimos diez años. Los Gobiernos anteriores —y este parece que sigue el mismo camino— no tuvieron políticas de desarrollo dirigidas a incrementar la productividad de los panameños.

A pesar de la crisis inminente, aún no hay indicios de que los Gobiernos panameños comenzarán a aplicar políticas de regulación y orientarán las inversiones hacia los sectores más estratégicos.

*PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ E INVESTIGADOR ASOCIADO DEL CELA.

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