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- 28/07/2022 00:00
Verdades incómodas de la realidad actual
La última semana ha sido pletórica de protestas que tienen como eje común la demanda por la rebaja del costo de los combustibles y la canasta básica de alimentos. A la cabeza de estas manifestaciones se ubican los gremios docentes, a quienes se han sumado un gran número de organizaciones populares, indígenas, estudiantiles y sindicales, que incorporan otras demandas de orden económico y social que busca remediar la situación de zozobra en la que vive la población.
Desde nuestra perspectiva la crisis que se ha generado es el resultado lógico de un modelo político y económico que no prioriza el desarrollo nacional, ni el bienestar de las mayorías, cuestión que ha sido agravada por dos años de pandemia. Pero también es preciso señalar que este modelo tiene causantes y beneficiarios que no se visualizan con total claridad, lo cual nos puede llevar a pretender soluciones engañosas.
Culpar de todo al gobierno nacional es un discurso muy limitado, precisamente porque permite esquivar a los otros responsables, diligentes en propuestas para mantener sus privilegios. Aclaremos:
1. La política económica que se desarrolla en nuestro país es principalmente el resultado de la subordinación a la política de Estados Unidos. En un contexto internacional donde se está transitando de la unipolaridad a la multipolaridad económica y política, los gobernantes y los sectores dominantes de nuestro país han tomado partido por el polo estadounidense y esto, como lo muestra la actual situación, tiene sus consecuencias. En vez de optar por un accionar más independiente han preferido la subordinación y con ello han rechazado la posibilidad de optar por opciones más pragmáticas, si se quiere. En estas circunstancias una opción ya planteada era la de comprar combustibles a Venezuela. Pero no, porque eso sería fortalecer la dictadura Chavista. Contradictoriamente, se sabe hoy que hasta los propios gringos han negociado con Venezuela la compra de su petróleo de manera indirecta, para amortiguar la carestía de esta materia prima.
2. El gobierno es responsable, sí. Pero no solo este gobierno, si no todos los que hemos tenido desde la invasión de 1989 hasta hoy, los que con sus partidos políticos establecieron la seudo democracia que hoy vivimos. En ese sentido son igualmente responsables tanto el PRD, como el Arnulfismo, el CD y demás, porque todos coinciden en el modelo que se impone. En buenas cuentas, el gobierno (este y los otros) no son más que botín político de reparto y aparato para favorecer a los que más tienen, en uno de los países con la distribución de riquezas más desiguales del mundo
3. Pero también hay otros responsables, que tras la fachada de la “noble” iniciativa privada han seguido enriqueciéndose aun a pesar de la crisis que estamos viviendo, y no les interesa en lo más mínimo cambiar la actual situación. Revisemos brevemente: Los bancos han recibido multimillonarios apoyos para su sostenimiento, y no han perdido un solo centavo en este periodo. Las grandes casas farmacéuticas importadoras instaladas en nuestro país manejan a su antojo los precios de las medicinas, sin preocuparse por el acceso a los mismos. Las grandes cadenas de supermercados especulan con los precios de la comida y los artículos de primera necesidad, sin que nadie ponga coto a este crimen. Las empresas importadoras de combustibles siguen enriqueciéndose a costa de traspasar sin ningún reparo el costo de sus productos. Estas empresas y otras que sería largo enumerar, amparados en el libre mercado y un supuesto derecho a la ganancia, hacen y deshacen con toda alevosía, generando cada vez más pobreza e inestabilidad social. Es así como funciona una sociedad como la nuestra.
Bajo estas premisas se pueden plantear posibles escenarios de la evolución de la situación actual. Uno, el ideal, sería el de crear un óptimo de Pareto, es decir, buscar una situación en la que se logre un desarrollo sin afectar a algún sector, lo cual plantea la inclusión de TODOS los sectores en la definición de la propuesta a implementar, en la que obviamente TODOS los sectores deben aportar esfuerzos y sacrificios. Pero no se trata de crear otra mesa. Ya se han creado muchas y en ninguna se ha dado respuesta mínima a las demandas populares.
Ojalá no persista la mentalidad de colonia y de sumisión a los poderosos, y se establezcan los espacios y las medidas que permitan mitigar la actual crisis en favor de los más necesitados.