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- 21/05/2023 00:00
Volvamos al sistema solidario
El artículo 152 de la ley 151 de la ley orgánica de la CSS, permitió que a partir del año 2006 existiera dos programas de pensiones, el de Beneficio Definido y el del Sistema Mixto, con la tendencia de que eventualmente desaparecerá el de Beneficio Definido, ya que todos los trabajadores que ingresen al sistema a partir de enero de 2007, deben acogerse al Sistema Mixto.
En países pequeños como el nuestro, tenemos un sistema general de seguridad social, porque los colectivos que soportan la carga financiera no permiten que haya programas diferenciados, de tal forma que no es congruente que uno de sus componentes se divida, como en efecto ha ocurrido con el programa IVM.
El programa de Beneficio Definido, basado en la solidaridad, uno de los principios de básicos de la seguridad social, es intergeneracional, los trabajadores activos sostienen a los pensionados, pero al no ingresar trabajadores a este sistema, llegará el momento que no habrá trabajadores activos para sostener el pago de las pensiones.
El Sistema Mixto presupone que para poder recibir una pensión honrosa, los trabajadores deben tener buenos salarios, estabilidad en los empleos y que haya una tendencia creciente en sus ingresos, porque lo que haya podido ahorrar en su cuenta individual, sumado a la rentabilidad de esos fondos, se le pagará en forma diferida a razón de una mensualidad durante veinte años, que son los años que en términos de probabilidades tiene un pensionado luego de acogerse a este beneficio.
Lo que tendríamos que preguntarnos, es que porcentaje de trabajadores reúnen las condiciones que hemos enunciado, porque el joven que ingresó a este sistema en el 2007, no ha visto en el horizonte lo que ocurrirá cuarenta años después, cuando tenga que pensionarse y su cuenta individual, sea el resultado de sus aportes, más la rentabilidad que le haya generado las empresas manejadoras de fondos (empresa privada), que desde luego, no asumen ningún tipo de riesgo, porque los intereses que paguen, dependerá de las condiciones de mercado y por supuesto, ellos incluirán sus costos de operación, que se deducirán del rendimiento de los fondos.
Los que se oponen volver al sistema solidario, aducen que no se puede confiscar los fondos aportados a las cuentas individuales, tendremos que decir, que en la coexistencia de ambos sistemas, todos hacen los mismos aportes, y que de tomarse los fondos aportados, para apalancar el sistema solidario, también debemos decir, que las prestaciones serán diferencias, a las que recibirían en el sistema mixto, donde se avizora que sus pensiones estarán por debajo del 60% del promedio de sus mejores salarios.
El argumento de que el sistema intergeneracional, necesita de cinco cotizantes activos por cada pensionado, es una variable instrumental de una política pública orientada a generar empleos, incorporar los trabajadores informales a la seguridad social, pero en el evento de que esto no sea suficiente, el Seguro Social debe tener un concepto desarrollista y utilizar sus recursos en proyectos de alto rendimiento, como lo fue en su momento, la construcción de edificios de apartamentos conocido como las “Rentas”, que transformó el área de Calidonia, introduciendo un nuevo concepto de vivienda.
Hemos tenido suficiente tiempo, para valorar que la división del programa IVM en dos componentes no fu mejor la decisión, por un lado, habrá una generación de pensionados que no tendrán soporte para que trabajadores activos paguen sus pensionados y, por otra parte, los que están en el Sistema Mixto, es una incertidumbre el recibir unas pensiones dignas.
Panamá es un país con buenos indicadores económicos, pero con una injusta redistribución de la riqueza, entonces lo que necesitamos es solidaridad, transferir recursos de los más tiene a los que menos o nada tiene y es por ello que es imprescindible volver al sistema solidario.