• 13/12/2020 00:00

Infraestructura educativa

Opinión editorial del 13 de diciembre de 2020

Parte de los graves problemas de la educación en Panamá se puede ver en la infraestructura de los planteles. Salvo excepciones, las escuelas son estructuras que cumplen con lo mínimo para encerrar 45 estudiantes para que un maestro o profesor les dé una clase y que este docente tenga que hacer ingentes esfuerzos para controlar la disciplina interna, para que no se le desborde. Lo cierto es que la escuela no invita a estudiar, por el contrario, dan ganas de salir huyendo. Si hay algo que tiene que cambiar en la educación panameña es la infraestructura y no permitirse que se levanten escuelas en cualquier esquina, so pretexto de la urgencia, porque una barriada surgió como espora. Esta mala costumbre se ha mantenido por décadas y lejos de ayudar con la educación del país, lo que hace es acentuar el problema. Una escuela bien pensada debe tener canchas al aire libre, gimnasio, teatro, salón de música, laboratorios, etc. El no sorprenderse porque esto no se vislumbra siquiera en una escuela en cualquier comarca o en varias zonas de la ciudad capital, es similar a aceptar que la mediocridad ya forma parte de nuestro entorno. La escuela representa un lugar de encuentro de la familia. En los deportes, en la música, en el teatro… No se debe aspirar a menos y esto hay que tomarlo como un propósito de vida. Seguir como vamos es acentuar el fracaso como sociedad. ¡Así de simple!

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