• 22/03/2022 00:00

Intolerancia

“Pareciera que las sociedades están entrando en tal grado de degradación, que han perdido la tolerancia. [...]. Los extremos no son buenos”

En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, que amenaza con extenderse al resto de Europa, en América Latina la situación parece estar tomando un giro de intolerancia. Y es que la política no está siendo usada para el intercambio sano de ideas, sino para la toma del poder sea como sea. Chile acaba de posesionar a un nuevo presidente y redacta una nueva Constitución, pero la situación ha llegado al extremo sobre los derechos de unos que quieren imponerse sobre el resto de la sociedad. En estos días, los indígenas mapuches le dispararon a la avanzada de la ministra de Seguridad por no pedir permiso para entrar a su comunidad. Y en Colombia, la polémica está tan radicalizada que unas personas entraron intempestivamente a la Catedral Primada, de Bogotá, gritando arengas en plena misa. De acuerdo con un reporte de la revista Semana, “una mujer que portaba una capucha blanca se subió en una banca para lanzar frases en ataque a las creencias de la fe católica, especialmente en materia del aborto. Otro de sus cómplices, también encapuchado, le respondía desde otro punto de la Catedral”. Pareciera que las sociedades están entrando en tal grado de degradación, que han perdido la tolerancia. Solo habrá que esperar que esos extremos no lleguen a Panamá, sobre todo, ahora que empieza a calentar motores el panorama electoral rumbo al 2024. Los extremos no son buenos. ¡Así de simple!

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