Lotería Nacional de Beneficencia

La misión de la Lotería Nacional de Beneficencia tiene un fin muy altruista: beneficiar a los más humildes y necesitados. Cierto es que sus ingresos provienen de la ‘chinguía ', también es cierto que las apuestas en los juegos de suerte y azar son parte de la vida misma. Lo lamentable es que la Lotería, no de ahora, sino desde hace varios años, está siendo usada como un botín que beneficia no al más necesitado, sino a unos bribones que se hacen millonarios a costa de esta institución. Hay una componenda que este diario publicó en el Gobierno de Martín Torrijos, en el que miles de humildes panameños fueron a solicitar libretas, pero jamás recibieron una. Eso sí, las libretas sí salieron, pero llegaron a parar a manos de acaparadores o los dueños de las denominadas ‘casas grandes '. El modus operandi se ha mantenido en las sucesivas administraciones, quizá con variantes hasta más dramáticas y corruptas. Lo ilógico es que se siga manteniendo esta situación y que la función altruista de esta entidad se esté deteriorando. Definitivamente que el Gobierno tiene que replantear el funcionamiento de esta entidad y establecer controles estrictos, para evitar que cuatro bellacos estén lucrando a costa de los más pobres. Hay que investigar y llegar a las personas que están involucradas en esta red. Lo que no se debe hacer es seguir como si todo estuviera funcionando a las mil maravillas.