La responsabilidad de una ‘firma’...

‘Nadie escarmienta por cabeza ajena’, dice el refrán, pero en un espejo gigantesco se convierten las experiencias de los altos funcionarios del Gobierno pasado que hasta ahora se han visto directamente señalados por supuestos actos de corrupción. Que se miren en ese espejo los presentes funcionarios y todos los miembros de la sociedad que podrían, por su activismo político y/o relaciones sociales, ser funcionarios en algún momento. Si la ‘obediencia debida’ no es aceptable para los crímenes de la dictadura militar, tampoco lo es para funcionarios de Gobiernos civiles ni antes ni ahora ni en el futuro. Los funcionarios deben hacer de su firma ‘un bien sagrado’, es su palabra; deben honrarla y no estamparla sin estar conscientes de la responsabilidad que ello acarrea y si lo hacen, asumir las consecuencias cuando por ella la Nación sufra.