Esto tiene que parar, a como dé lugar...

Causa tristeza, enojo... frustración escuchar o leer informaciones relacionadas con el enriquecimiento inexplicable, en 60 meses, de exfuncionarios que, si bien tienen una profesión y se han desempeñado en tal, antes de llegar a ser parte de un Gobierno llevan la vida sencilla de un profesional de clase media, clase que está desapareciendo, y que no bien llegan al puesto cambian de casa, carro..., entre otras cosas, y, como decimos en buen panameño, comienzan a ‘tirar lujo de verdad'. Y, sumados a aquellos, esos millonarios que, como pirañas, lo quieren todo para ellos y entran con mucho y salen con más riquezas, pero del Estado. No se puede seguir permitiendo que unos malos ciudadanos vean las arcas del Estado como su alcancía personal y aquí no pasa nada. No es persecución política, es justicia lo que la sociedad, al menos la parte que entiende el daño que este atraco sin compasión al Estado nos causa a todos, espera. ¡Basta ya de esos actos de corrupción que limitan los recursos para los más humildes!